Hablamos, por cierto, de un indio de la India. Se trata de Amit Sodani, que es presentado por la prensa local como el gerente de una exitosa start-up tecnológica. ¿Y qué dice el bueno de Amit? Que los chilenos trabajamos muy poco, que 15 horas diarias debieran ser lo mínimo y que, si seguimos así, los indios “nos van a comer”. ¿Ah, sí? ¡Mira, indio tal por cual…!
La ley del lobby lo reveló todo. El gerente general de Soquimich ya lleva siete audiencias con las autoridades del actual gobierno, es decir, una al mes. ¿De qué hablan? Descuiden, de nada importante. Es sólo un pequeño gustito del dueño. Quiere ver que los inquilinos mantengan la casa en orden.
Para ser precisos, 1,2 millones de dólares. Se trata de la multa benévola por el caso de Hernán Büchi, gurú del capital que estaba en los directorios de dos compañías que, se supone, competían por cuotas del mercado: Falabella (y su brazo financiero) y el Banco de Chile. Pero todo el mundo sabe que los grandes grupos económicos nacionales no compiten. Simplemente, saquean.
Cayó como una bomba. Y las ondas expansivas de la quiebra de la constructora CVV, con amplios intereses en grandes proyectos de infraestructura estatales, siguen causando estragos. Se presenta el hecho como un signo patente de la crisis económica o de la burocracia estatal. Pero se trata, más bien, sólo de un ejemplo de cómo el capital igual gana, aunque todo se derrumbe.
El oficialismo ha montado una comedia parlamentaria y política, pero no de teatro, sino circense. El principal recurso son las cachetadas de payaso, que buscan soslayar un hecho indesmentible: el TPP-11 va y, con él, más saqueo del país.
Ayer hablamos de cómo en Chile les regalan la plata a los especuladores, sólo después de llorar que “no hay”, cuando se trata de satisfacer alguna necesidad social. Bueno, eso ocurre también con las grandes potencias industriales. El sistema financiero del Reino Unido estuvo hoy a un tris de derrumbarse. Lo salvó el Banco de Inglaterra con 65 mil millones de libras esterlinas (70 mil millones de dólares), recién salidos de la imprenta.
Más de 30 mil millones de dólares inyectaron el gobierno y el Banco Central en los bolsillos de los especuladores financieros. El objetivo era controlar el precio del dólar. Después de tres meses, el precio el dólar quedó exactamente donde lo dejaron: altísimo. Genios.
No, no, no se haga ilusiones. No es para usted. Es para ellos. Los dueños de las AFP. Usted, que es dueño de su plata, se supone, no puede retirar nada. De eso se preocupa el gobierno y todos los partidos del régimen.
El Banco Central contrajo un crédito con el Fondo Monetario Internacional por casi 20 mil millones de dólares. Tranquilo, es “sólo precaución”, dicen las autoridades. Los datos duros cuentan otra historia.
Las isapres agudizan su lobby para mantener, a pesar de todo, sus ingentes ganancias. Ahora amenazan que van a… ¡quebrar! El gobierno asegura que las va “a cuidar”. Pobrecitas.
A medida de los empresarios, lo que significa que para que sea una realidad, tendrían que llover ranas. El acuerdo fue sellado con alegría por la Ministra del Trabajo y tres organizaciones sindicales. Juan Sutil, el bicho rastrero fue el más contento. ¡Bingo! habrá pensado, en su pequeño, minúsculo, cerebro de reptil, “los tenemos en el bolsillo”.
El Banco Central lanzó un ruinoso mega-programa de 25 mil millones de dólares para estabilizar el dólar. Los especuladores ya están sacando cuentas del jugoso negocio que les depara el Estado que, para eso, sí tiene plata.
El Banco Central nuevamente subió la tasa de interés, aumentando así la tendencia a un declive de la economía. Las autoridades pretenden que los trabajadores paguen -y fuerte- el ajuste que va en beneficio del gran capital. Y ningún bono invierno va a compensar eso. Habrá que pelearla, nomás.
Extorsión, caos, coimas, funcionarios comprados y, otros, intimidados. Las revelaciones de los “Uber files” -una infinidad de mensajes, mails, documentos y otros datos que se comenzaron a divulgar hoy- darían para una película. Pero, en realidad, todo esto es business as usual.