Junto con el Covid-19, se hizo evidente una pandemia que afecta a todo el mundo, pero que sólo contagia al 1% de la población. Es la pandemia de los ricos que se hacen más ricos con el padecimiento de la humanidad.
La pelea por el litio chileno demuestra que el control de los mercados y recursos naturales enfrenta a los intereses de las grandes potencias económicas mundiales. Para lograr sus objetivos, someten a los países débiles y dependientes. No podrían lograr ese cometido sin colaboradores locales: esos son los vendepatria.
Lo logró Piñera. A pocas semanas de abandonar el cargo, sus incesantes llamados a la “unidad nacional” surtieron efecto. Sin ninguna oposición, la cámara baja aprobó su proyecto de pensión garantizada universal, la salida favorecida por las AFP, luego del golpe mortal que significaron los retiros a su negocio.
Para el régimen, el año no termina el 31 de diciembre, como para el común de los mortales. El mes clave es marzo; es como su navidad. Los regalos que obsequian son las riquezas nacionales.
El duro inicio de una huelga en las plantas de la fabricante de maquinaria pesada John Deere marca un momento de ascenso en la lucha de los trabajadores en Estados Unidos. Más allá de las diferencias de raza o políticas, los trabajadores crean su unidad en la lucha.
La “confesión involuntaria” de un diputado de derecha –“todos los retiros los pagó el Banco Central y no las AFP”- hizo correr el sudor frío por la espalda de los agentes financieros y políticos. Sus implicancias son demasiado explosivas, pero sólo reflejan cómo funciona realmente -y en beneficio de quién- este sistema.
La debacle del gigante inmobiliario chino Evergrande tiene hace días asustados a los mercados financieros. Hoy cayeron las bolsas, los precios de los metales y se habla de las semejanzas con el desastre global de 2008. Pero también hay algunas diferencias.
Las personas trabajadoras todos los días perciben realmente la subida de los precios en los productos que se compran en los supermercados, almacenes y en las ferias. Esto es real, pero ¿qué está detrás de esto? Parece ser artificial, especulación. Si es así ¿a quién beneficia?
La decisión del Banco Central de aumentar la tasa de política monetaria fue más política que monetaria. Es decir, es más una señal que un impacto económico real. Y así fue recibida. Pocos se fijan, sin embargo, qué realmente está en juego.
A un día de la votación, en general, del proyecto de un cuarto retiro, el Banco Central anticipó la política de ajuste demandada por el capital y duplicó la tase de interés de referencia a 1,75%. Es el mayor aumento en 20 años.