Estado de excepción por 31 días decretó Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, para tres provincias del país. A pesar del amedrentamiento, la movilización de indígenas, trabajadores y estudiantes, no hace más que escalar. Los movilizados se dirigen a la capital.
En las provincias puestas bajo estado de excepción, Cotopaxi, Imabura y Pichincha, cuya cabecera es la capital Quito, se han concentrado con mayor fuerza las movilizaciones en el marco del paro nacional indefinido convocado por la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador) y otras organizaciones hace ya cinco días.
En tanto, en el sur del país, “con lanzas en mano, indígenas amazónicos ocuparon temporalmente sedes de las gobernaciones de la provincias de Pastaza y Morona Santiago”, informan los medios locales.
La advertencia de “llegaremos a Quito y Guayaquil” tiene al gobierno de Lasso con los pelos de punta. Ha recurrido así al ejército que se desplegará ante una “grave conmoción interna”. Además, impuso un toque de queda entre las 22 hrs. y las 5 de la mañana. También ha suspendido derechos ciudadanos, como el de reunión.
Por supuesto, las medidas represivas no han servido de nada. Hoy en Quito unos mil manifestantes intentaron derribar las vallas metálicas que rodean la sede presidencial el Palacio de Carondelet, en Quito.
Por el momento, los militares están abocados, además de reprimir la movilización, en cercar Quito para impedir la llegada masiva de los movilizados desde el norte y el despeje de las rutas más importantes, en diversos puntos del país.
La movilización se ha extendido a gran parte del territorio. La mitad de las vías de Ecuador están tomadas. La población exige, como primer punto, la rebaja en el precio de los combustibles, que de 2020 a 2021 tuvo un aumento de un 90% en su precio. El gobierno se rehúsa a escuchar.
Este es el reclamo más sonado, pero el petitorio del paro suma 10 exigencias mínimas, entre ellas, salud y educación; empleo y derechos laborales; el alto a la privatización de los sectores estratégicos; políticas de control de precios y contra la especulación, entre otros.
Además, durante la jornada, el auto del líder indígena Leónidas Iza de la CONAIE fue atacado con armas de fuego por desconocidos. Hace dos días, el dirigente fue detenido por un comando de elite de la policía en horas de la madrugada. Al día siguiente fue puesto en libertad. No está el ambiente, están entendiendo, para provocaciones.