El 11 de septiembre de 1973, la burguesía chilena y el imperialismo estadounidense, junto con otros cómplices daban un golpe de Estado en Chile. Pese a que lo efectuaron las fuerzas armadas, estos como siempre solo fueron la herramienta usada para hacerlo, no fueron los protagonistas como creyeron. Frente a estos traidores, ese día desde el pueblo comenzó a florecer una serie de hombres y mujeres que pusieron la dignidad chilena en lo más alto, fueron los que se negaron a rendirse frente a los opresores.
Los protagonistas de la historia son los pueblos, los protagonistas de la época de 1970 eran los hombres y mujeres trabajadores que veían con esperanza un futuro mejor para sus hijos, por una patria más igualitaria. Ese día millones de chilenos vieron con desesperanza lo que sucedía, esperaron la llamada de la defensa de su gobierno hasta una semana después, la que nunca llegó. Ninguna fuerza que se ha enfrentado contra un pueblo ha podido ganar, y ese hubiese sido el destino de los militares golpistas. El 4 de septiembre de 1973, el pueblo desfiló por la Alameda pidiendo armas para defenderse del golpe militar que se venía, los políticos de la misma clase política actual desconfiaban del pueblo, de lo que podían hacer con las armas, incluso derrocarlos. Confiaban más en los militares, ¿cómo iban a hacer un golpe de Estado, si eran constitucionalistas? Confiaban más en los políticos, en las negociaciones que llevaba el partido comunista con la democracia cristiana, ¿ cómo iban a ser golpistas? Confiaban más en la burguesía, con sus empresarios y figuras rimbombantes, ¿ cómo iban a ser traidores a la patria? Lamentablemente, no confiaban en el pueblo, el pueblo pobre que quería lo que nunca tuvo, el pueblo, el roterío que jamás había ido a la universidad, el pueblo digno que daría la vida por una vida mejor por su familia. Por eso no llamaron a la resistencia.
Sim embargo, hoy día debemos recordar a la resistencia ejemplificadora de Salvador Allende y los que estaban en La Moneda y en Tomás Moro. Al Grupo de Amigos Personales que estuvieron hasta el fin con él. A los que en las poblaciones de manera espontanea resistieron todo el embate del enemigo. A los hombres dignos que estaban en las fuerzas armadas y que resistieron las órdenes de dispararle a su pueblo, como Michel Nash en el ejército, Guillermo Schmidt en carabineros y muchos más que fueron detenidos, torturados y asesinados. A los que no se asilaron y resistieron. A los millones de hombres y mujeres que esperaron la llamada a resistir y que pasaron a sus hijos el testimonio de un mundo mejor, que explotó y surgió como fuerza incontenible con las protestas nacionales, a los hijos de los hijos que dieron su vida y sus ojos en el levantamiento popular del 2019, recordamos su resistencia para que sepan quiénes somos: somos el pueblo que venimos por los que nos han hecho daño y han desconfiado de nosotros.
Ya viene el día del llamado del pueblo, ese día que esperaron nuestros padres, nuestros abuelos, viene el día en que el pueblo avasalle con su fuerza a los opresores de siempre, a los que nos explotan, a los que encarcelan y torturan. El llamado va recorriendo calles y pasajes, va lento, pero es meticuloso, les dice a hombres y mujeres que se preparen, que junten fuerza, que junten rabia, que recuerden la dignidad de los que resistieron y que luchen como ellos. La llamada surgirá del mismo pueblo, la consigna será cambiarlo todo.