La PDI parece que no sabe qué hacer con el dinero de los chilenos. Su anterior jefe, Héctor Espinosa, mandaba a un suche a hacer depósitos de dinero una vez al mes a su cuenta propia. Ahora quieren comprarse vehículos blindados, quizás para llevar el dinero protegido al banco.
Los llamados “ratis” ya tienen dos vehículos blindados Testudo de Italian Armouring Solutions basados en la Ford F-550, que costaron 575.664.000 millones de pesos, 840.000 dólares, y fueron recibidos en el 2019, para tareas operativas.
Al ex jefe, Héctor Espinosa, le alcanzó para comprar dos de estos vehículos durante su mandato, y aún así sacaba su tajada mensual. Parece ser que sigue afluyendo el dinero sin control, no sólo a las fuerzas armadas, sino a Carabineros y PDI, que continúan en una espiral de adquisiciones como si el país estuviera viviendo un esplendor económico. Con el Fondo Nacional de Desarrollo Nacional comprarán seis vehículos blindados más: dos para el Equipo de Reacción Táctica (ERTA) de Iquique; dos para el ERTA de Antofagasta; y dos para la Brigada de Reacción Táctica Metropolitana (BRTM) de Santiago. Esto es lo que dijeron en un primer momento. Estaban destinados a las ciudades, no parece estar claro su uso. Hoy día salen a cambiar el destino, diciendo los vehículos blindados estarán destinados a la Araucanía, por el impasse que tuvieron con el funcionario muerto. Tratan de ocultar su incompetencia con un aumento de vehículos blindados.
Los dos vehículos blindados con que cuentan fueron utilizados por la PDI para reprimir las manifestaciones en Santiago, específicamente en Pudahuel Sur, y no tanto para realizar tareas tácticas, como dicen. Simplemente, es lo mismo que hacen los pacos con sus camionetas, la PDI sale a reprimir con vehículos que cuestan, cada uno, 320 millones de pesos. Parece que se preparan para una guerra, pero no precisamente contra los delincuentes.
Si roban unos, roban los otros. En el caso de Investigaciones, la corrupción no viene de hoy, sino que ya está anclada hace tiempo en esos lares. Al igual que otras entidades del Estado, si roba el que dirige, ¿qué queda para los que están abajo?
Las necesidades del país para el pueblo son trabajo, educación, salud, mientras que para el gobierno son equipar a las Fuerzas Armadas y policías, ayudar a los empresarios y mantener el sistema político. Alguien está desquiciado. Cuando sucede esto, generalmente llega un momento que la sociedad ya no resiste más. En el caso de la compra de camiones u otras cosas, habría que ver si son prioridad, y quizás deberían ser autocríticos con los robos de sus funcionarios. Pero lo que no cuadra es el momento en que quieren comprarlos, cuando más el pueblo necesita ayuda para sobrevivir.