Los sectores derechistas de España quieren reescribir la historia de América. Todos estábamos equivocados, lo que ocurrió de verdad es que cuando cayó Tenochtitlán los españoles acompañaron a indígenas que querían liberarse de los Mexicas; su única ambición era la libertad de los aborígenes.
Les duele a los españoles la libertad de América, les duele haber perdido por las armas lo que habían ganado con el robo, el engaño y la traición. Les duele que de América hayan salido hombres y mujeres dignos, líderes de sus pueblos como: Ernesto Guevara, Fidel Castro, José Martí, Augusto César Sandino, Emiliano Zapata, Lautaro, Tupac Amaru, Simón Bolívar, Bernardo O’Higgins, José de San Martin. Líderes culturales como: Carlos Mariátegui, Gabriela Mistral, Rosario Castellanos, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, José María Arguedas, entre otros muchos. Les duele, por eso tratan de reivindicar que la conquista forma parte de la liberación de nuestros pueblos, pero no es la verdad.
El presidente de México, Andrés López Obrador, en la conmemoración de los 500 años de la caída del imperio mexica o azteca, pide disculpas: “ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual república mexicana”. Pide disculpas, porque los descendientes de aquellos conquistadores enviados por su corona, hoy a cinco siglos de distancia, aún no son capaces de hacer un mea culpa de sus barbaries, de los millones de indígenas muertos, del robo de la riqueza y de la esclavitud. Es más, plantean que “España no conquistó América; España liberó América”.
La sed de riqueza, dio el comienzo a un vendaval de aventureros buscando “hacerse la América”. Cayeron bajo su espada todos los que entorpecían sus sueños, cayó Tenochtitlán y cayó el Cusco. Necesitaron de “yanaconas”, los encontraron. Hoy sigue habiendo “yanaconas”, pero son los que anhelan otros continentes, sirven a sus amos por dinero, traicionan a sus pueblos y difunden que somos flojos e ignorantes. La burguesía americana es su portavoz, entre ellos están Mario Vargas Llosa, Jair Bolsonaro, Piñera, Duque, etc.
El terror y la cruz recrearon un nuevo continente en la búsqueda de riquezas para la corona y para el pecunio personal.
Ahora, los españoles plantean que los indígenas aún siguen soterrados por los regímenes actuales, y que la corona de España no puede pedir disculpas por los hechos causados, pues ellos fueron liberadores. Y sólo trataron de hacer el bien, trajeron civilización, cultura y libertad.
Es la hora de sacudirnos de las cadenas, de decirles a esos, que somos un continente digno, de hombres y mujeres que los vencimos y mancillamos su poder militar, que los relegamos a su lugar en los contornos de Europa. Somos más, somos mejores, somos “vencedores de los vencedores de Bailén” como dijo O’Higgins. Somos resistencia, somos dialécticamente superiores a los conquistadores. Aprendimos de ellos y los superamos. Somos mejores y cuando el vencido no es capaz de pedir disculpas por lo que hizo, somos nosotros mismos que pedimos disculpas, en señal de respeto a nuestros muertos. Así somos los americanos.
Nuestra América se está levantando, con una nueva visión de sí misma y abarcará como vislumbrara “el Precursor”, Francisco de Miranda, “desde el río Mississippi hasta el cabo de Hornos”. Y España no tiene nada que ver con esto.