Los taliban aceleran su avance hacia el control de todo Afganistán. La captura de Kunduz, en el norte del país, significa un giro estratégico en la guerra. En 72 horas, han conquistado cinco capitales provinciales. Estados Unidos se lava las manos y le comunicó al gobierno en Kabul que está solo.
La conquista de Kunduz significa una victoria significativa para el Taliban, que logra el control de la ruta entre Tayikistán y la capital Kabul. Al mismo tiempo, le dota de una base de operaciones en el norte del país, donde históricamente se ha concentrado la resistencia a los taliban, que en su mayoría pertenecen a la etnia pashtun que habita el sur de Afganistán.
Este domingo, capturó otros dos capitales provinciales, Sar-i-Pul y Taliqan, también en el norte, mientras que el viernes y el sábado cayeron, Zaranj, en la frontera con Irán y Sibargan.
En la mayoría de los casos, el asedio previo terminó en una operación de asalto que encontró escasa resistencia, en la medida en que las fuerzas pro-gubernamentales se disolvieron ante los golpes de los Taliban.
Como resultado provisorio de la ofensiva de verano, los Taliban ya controlan 400 distritos del país, que cubren la mayor parte de su extensión. El gobierno afgano mantiene el control de los dos principales centros urbanos del país, la capital Kabul y Kandahar, en el sur.
Las derrotas simbolizan la futilidad de la ocupación de más de veinte años de Afganistán por tropas estadounidenses y países aliados. La invasión a Afganistán, presentada en 2001 como el inicio de una “guerra global contra el terrorismo”, significó un enfrentamiento de dos décadas que se extendió por toda la región y que no ha concluido hasta hoy. En el curso de la guerra la posición internacional de Estados Unidos ha sufrido un marcado declive y su capacidad de sostener intervenciones militares en países extranjeros ha sido puesta en duda.
Actualmente, permanecen 650 efectivos estadounidenses en Afganistán, en su mayoría dedicados a tareas de apoyo, inteligencia y protección de sus instalaciones. El Pentágono informó que apoyará al gobierno de Kabul con operaciones aéreas de drones y aviones pesados AC-130. Sus objetivos serían posiciones de artillería de los taliban en sus cercos en torno a las grandes ciudades.
El avance de los islamistas, sin embargo, ha sido más rápido de lo esperado. La expectativa de lograr a un “equilibrio estratégico”, es decir, lograr defender Kabul y los otros centros urbanos del país hasta antes del otoño boreal, cuando el desplazamiento de material y tropas se dificulta debido a las condiciones climáticas, queda entredicho con la contundencia de la ofensiva talibán.