Vaya semana para la OEA, que es tan fea. Al llamado del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador de terminar con la Organización de Estados Americanos, hoy al ministerio de colonias de Estados Unidos le vuelven a rayar la pintura. Con mayoría, sus miembros rechazaron celebrar una sesión permanente para hablar sobre “la situación” de Cuba.
La decisión fue celebrada por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien señaló que fue “derrotada [la] maniobra anticubana en OEA. Rechazo de [la] mayoría Estados Miembros obligó suspensión del Consejo Permanente”, y agradeció a los países “que defendieron [la] dignidad latinoamericana y caribeña”.
El Consejo Permanente de la OEA, órgano ejecutivo de la organización está integrado por 34 miembros activos. Cuba no participa de la instancia desde 1962. Hoy se tenía previsto realizar esta sesión para tratar “la situación” de la isla, en referencia velada a la campaña de desestabilización que Estados Unidos sostiene en contra de Cuba y que alcanzó, brevemente, nuevos bríos con una serie de protestas el pasado 11 de julio.
El uruguayo Washington Abdala, presidente del Consejo Permanente, muy a su pesar, tuvo que informar que “tras recibir planteos por parte de algunos países” se decidió postergar la reunión para “realizar las consultas que puedan resultar útiles”.
Un nuevo revés para las intenciones de Washington de apretar las tuercas en contra el gobierno cubano. Esta derrota diplomática se suma a la reciente declaración del presidente mexicano López Obrador, quien señaló, en el marco de la cumbre CELAC, y ante los cancilleres de 25 países, que ya era hora de terminar con la institución que ha estado al servicio de los yanquis en América Latina.