El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el nombramiento de Bernadette Meehan como nueva embajadora en Chile. Como en otros períodos críticos, Washington recurre a su personal más experimentado para dirigir sus asuntos en nuestro país.
Biden le otorgó prioridad al nombramiento de su representante en Chile. Biden recién está enviando las nominaciones a las principales capitales del mundo en estas semanas. Los nombres deben ser ratificados por el Senado.
Meehan es una operadora experimentada del Departamento de Estado y ha cumplido misiones difíciles. Pasó de un alto cargo en el banco de inversiones Lehman Brothers al servicio exterior en 2004, donde cumplió funciones menores (al menos oficialmente) en Colombia y en Irak.
Posteriormente, ya bajo el gobierno de Obama, se desempeñó como asesora especial de la secretaría de Estado Hillary Clinton, y saltó al Consejo de Seguridad Nacional que reúne a los organismos inteligencia, militares y de la diplomacia estadounidense.
Tuvo un papel importante en las negociaciones secretas para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, articulando el llamado “Plan Ardilla”: contactos encubiertos entre diplomáticos estadounidenses y cubanos realizados en Ottawa, con la colaboración del gobierno de Canadá.
Antes de ser nominada, Meehan era encargada de asuntos internacionales en la fundación del expresidente Barack Obama.
Claramente, en Washington creen que Chile, en medio de la crisis política, económica y social del país y en la región, se requieren unas manos “experimentadas”.