En distintos puntos de Brasil, los pueblos indígenas realizaron masivas movilizaciones. Exigen que la Corte Suprema rechace un proyecto de ley que limita la protección a sus territorios ancestrales y favorece los intereses de terratenientes y el agronegocio.
En Sao Paulo, indígenas Guarani-Mbya ocuparon las torres de transmisión y TV en la cima del parque Jaraguá. La gente de la tierra indígena Caramuru Catarina-Paraguassu cerró los dos carriles de la BR-101, en el sur de Bahía, con pancartas y carteles. En la ciudad de Ilhéus, el pueblo Tupinambá de Olivença bloqueó la BA-001, una vía que recorre la costa del estado al sur de la capital Salvador. Las escenas se repitieron en Maranhão. Allí el pueblo Akroá-Gamella bloqueó el tráfico en la MA-014, cerca de la ciudad de Viana. También hubo protestas del pueblo Kaigang en Iraí, al norte de Rio Grande do Sul. Durante la mañana, el grupo realizó una vigilia a lo largo de la BR-386 y bloqueó la carretera. Todos los pueblos indígenas del Brasil han salido a luchar.
Hoy, el Supremo Tribunal Federal debía pronunciarse sobre el llamado “marco temporal”; un proyecto de ley que busca limitar los derechos de los pueblos indígenas hasta el 5 de octubre de 1988, cuando se promulgó la actual constitución de Brasil. La iniciativa fue presentada por el presidente de facto Michel Temer y es apoyada ahora por el bolsonarismo y los llamados “ruralistas” en el parlamento. Se trata de los representantes de los intereses de terratenientes y de la agroindustria.
El efecto del proyecto sería dejar a merced de la explotación las tierras indígenas demarcadas después de 1988, y significaría una amnistía a los actos de violencia cometidos contra los pueblos, incluyendo políticas de confinamiento en reservas diminutas, remociones forzadas en masa, tortura, asesinatos y la construcción de prisiones especiales.
La Corte aplazó la vista del caso hasta agosto. Eso abre un margen para que el Congreso, en que priman los “ruralistas” continúe con la tramitación de los proyectos en contra de los pueblos originarios.
“Los indígenas no surgieron el 6 de octubre de 1988”- dice la abogada del Instituto medioambiental Juliana Batista- “no surgieron por generación espontánea, estaban aquí y son pueblos originarios y tienen derechos ancestrales, estaban aquí, antes de la formación del estado brasileño[…] la propia Corte Suprema ya garantizó un precedente de que no hay indio sin tierra”.
La medida de expropiación afectaría a procesos estancados de demarcación de tierra de más de trescientos territorios ancestrales y más de quinientos que aún aguardan procesos de identificación por el Estado brasileño.
Los capitalistas siempre necesitarán de más y más tierras para expoliar y robar. Está en su naturaleza. Pero hoy los tiempos que corren en la América indígena no están a su favor. Hoy el tiempo está a favor de los pueblos. De los explotados, de los olvidados. Ellos se han echado a andar. Y lo que sea bueno, noble, bello y útil para ellos será lo que prevalecerá.