Sí, están descontrolados, con pataleta. Hoy le tocó al Ministro de Educación. Raúl Figueroa amenazó a los alcaldes con suspender la entrega de la subvención escolar si se niegan abrir los colegios a la vuelta de las vacaciones.
La ofensiva del Mineduc se da a dos días de conocerse los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA) realizado por la Agencia de Calidad de la Educación que mostró que los niños, niñas y jóvenes no han llegado a tener ni el 60% de los aprendizajes necesarios durante 2020.
Como han volado plumas con las “novedosas” cifras sobre el aprendizaje en nuestro país, el ministro aprovecha la oportunidad para salir en defensa de la educación y exigir, nuevamente, golpeando la mesa, el regreso a clases.
Como si alguna vez les hubiese preocupado lo que aprenden nuestros hijos. Pero sí, es una buena oportunidad.
Pero la verdad, la verdad, es que el Ministro está acogotado. El negocio de la educación requiere echarse a andar. No es un negocio menor. La mitad de la educación chilena está en manos de corporaciones -empresas- que administran colegios “subvencionados”, financiados todos ellos con recursos públicos. Muchos de ellos, al borde de la quiebra porque las familias se niegan a enviar a sus niños al matadero.
Pero como el show debe continuar es preciso que los niños vuelvan a clases. ¿Que las cifras de contagio estén disparadas? ¡por favor, eso es un detalle!
Respecto de la amenaza de cortar la subvención escolar el presidente de la comisión de Educación de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), Bernardo Vásquez, señaló que “no es un buen método y que podría significar el fin de la educación pública”. Como si la educación pública estuviera viva.
Señores ¡a otro perro con ese hueso!