Se suspende el enfrentamiento en Gaza. El régimen de Israel aceptó un cese de los combates “recíproco, simultáneo y sin condiciones”.
Cuando Israel creía que gozaba de una paz interna, pues tenía restringido a los palestinos a territorios limitados y permeados por los colonos, resurgió el problema del Estado Palestino. Como antes, dos intifadas habían mostrado que el espíritu de la resistencia contra el régimen judío no estaba extinto. En comparación con las intifadas, este alzamiento es particular porque se extendió a todo el territorio israelí, no solo con el bombardeo, sino con un levantamiento popular palestino en todas las ciudades donde tienen presencia. Y algo revelador, es que tuvo una repercusión en el mundo, que solidarizó con la causa palestina y no con el opresor, que planteaba que ellos eran los agredidos en esta guerra.
Con este conflicto limitado, Israel ganó la mantención equilibrada interna del gobierno y el apoyo irrestricto de Estados Unidos y una parte de Europa. En cambio, perdió la notoriedad del “Acuerdo del Siglo”, que incentivaba a normalizar las relaciones con el estado hebreo. Además, se hizo evidente la ineficacia del sistema defensivo antimisiles “cúpula de hierro”.
Para Palestina, el logro es mantener en la palestra la lucha por un Estado, y poderlo hacer utilizando métodos de una guerra no convencional, donde los misiles, drones suicidas y misiles antitanques lograron una eficacia contra un enemigo superior. Lo nefasto es la pérdida de 248 palestinos, entre ellos 64 niños y, los más de 2000 heridos, sin contar con los cientos de arrestados, 120.000 desplazados y 800.000 sin agua potable. Además, de la destrucción de infraestructura y medios defensivos.
Tanto Hamas como el régimen de Israel reclaman la victoria. Para ambos, solo es una batalla en la guerra que se tiene que saldar con el triunfo de uno de los bandos.
Mientras en la Franja de Gaza, las personas salían a manifestarse por el fin del conflicto, en Jerusalén miles de manifestantes israelíes se reunían para expresar su rechazo a Netanyahu y a las políticas del régimen, acusándolo de provocar una “guerra inútil”.