La Corte Suprema rechazó los recursos de casación presentados por los abogados de siete milicos que participaron de los asesinatos de Víctor Jara y Littré Quiroga, ex director de Prisiones. Con esa decisión, la condena en contra de los represores queda a firme.
Tomó medio siglo para que la justicia chilena dictara sentencia en contra de quienes pretendieron acallar para siempre la voz de Víctor Jara. Los asesinos habían intentado escudarse detrás de la inculpación de un conscripto, José Adolfo Paredes Márquez, quien estuvo procesado como único culpable de hecho, ocurrido en el Estadio Chile, el 16 de septiembre de 1973.
Sin embargo, muchos prisioneros habían visto el salvaje acribillamiento de Víctor Jara y pudieron señalar a los verdaderos responsables. Aun así, tomó largas décadas, bajo un orden “democrático”, para que los culpables fueran aprehendidos y enjuiciados.
En 2018 se dictó la sentencia de primera instancia, por el ministro en visita Miguel Vásquez. 3 años después la condena fue confirmada por la Corte de Apelaciones.
Y recién hoy, la segunda sala de la Corte Suprema impuso la pena definitiva a los esbirros de la dictadura. La sentencia recae también sobre el asesinato de Littré Quiroga, quien fuera, hasta el golpe, director del Servicio Nacional de Prisiones.
Los condenados son los siguientes oficiales en retiro: el brigadier Raúl Jofré González, el coronel Edwin Dimter Bianchi, el entonces teniente Nelson Haase Mazzei, el coronel Ernesto Bethke Wulf, el coronel Juan Jara Quintana y el mayor Hernán Chacón Soto, a quienes se les impusieron penas de 10 y 15 años de cárcel por homicidio y secuestro calificado, y el ex fiscal militar Rolando Melo Silva a tres años de prisión, como encubridor de los hechos.