Todo partió con los buses de acercamiento. Los gremios lo dijeron, los buses no se van. Pero el movimiento de los trabajadores también plantea la salud que el pueblo necesita. Fue preciso la unidad de los trabajadores, un paro, y una huelga de hambre. En la madrugada de ayer, los gremios anunciaron un preacuerdo, una mesa negociadora y el término de las movilizaciones. Hasta nuevo aviso, al menos. Por hoy, los trabajadores celebran junto a sus dirigentes. La lucha continúa.
Ranking Global Health Intelligence, es uno de los estudios de inteligencia hospitalaria más importantes del mundo. Este analiza el desempeño de instituciones médicas considerando diferentes variables. Entre las más destacadas, evalúa el equipamiento de cada institución, su infraestructura, desempeño por especialidad, calidad de la atención, entre otros tópicos.
No podríamos adjudicarle un valor especial a este estudio sino porque sus resultados se vinculan directamente con que el centro de salud mejor evaluado a nivel nacional en los últimos tres años fue el Hospital Clínico Regional de Concepción Dr. Guillermo Grant Benavente, más conocido como Hospital Regional de Concepción. Estos resultados son gracias al factor que favorece la creación de riqueza y da valor a las cosas existentes. Son los y las trabajadoras que permiten a pesar de la precariedad progresiva a la cual los somete este sistema, que lo servicios sanitarios funcionen a favor de la población. Si nos retrotraemos al periodo de pandemia este confirmó lo que ya sabíamos y lo agudizó. Un sistema de salud debilitado, con enormes diferencias entre comunas pobres y ricas y entre regiones y la capital, descoordinado, desmantelado en sus capacidades técnicas y tensionado hasta el máximo por la patología tradicional.
El marco impuesto por la Constitución de 1980 y las subsecuentes políticas neoliberales que se mantienen hasta hoy en el gobierno palurdo “plurifemiétnico”, destruyeron el concepto de salud como un derecho social y pusieron a la enfermedad como la mercancía en torno a la cual gira el lucro del sistema. La responsabilidad del bienestar sanitario (la política de salud pública) fue traspasada al individuo, separando la salud de las condiciones sociales, económicas, culturales y medioambientales donde las personas habitan.
Convivir con esta realidad y el peso de gobiernos corruptos es pan de cada día para los trabajadores de la salud y, claro está, los usuarios convertidos en clientes.
Bien lo sabe y lo analiza Adolfo Becar Troncoso, presidente de la Federación nacional de trabajadores de la salud (FENATS) que junto a otros tres dirigentes de distintos gremios de la salud durante 10 días estuvieron en huelga de hambre. Estos son Ricardo Villar de la Federación regional de técnicos de enfermería nivel superior (FERTESS); Gloria Cancino de la FENATS regional y nacional y Sant Jhon Benavides Dotte dirigente del Hospital de Lota. Además, se suman a la movilización los trabajadores del Hospital Traumatológico de Concepción y la Asociación Nacional de enfermeros (ASENF). La movilización sumó además un paro que duró 24 días.
Becar nos explica: “Para encontrar sus causas debemos considerar que hoy el presupuesto para la salud pública no alcanza al 4 % del producto interno bruto, en consideración que antes del 73 era el doble. Los gastos de bolsillo en salud son altísimos, alrededor de un 33 %”.
“Por otro lado, nuestra demanda es que se mantengan los buses de acercamiento. Hay que recordar que fueron tres años soportando un sistema de salud desmantelado asumiendo la primera línea donde nos jugamos la vida dando el servicio sanitario al pueblo. Los buses de acercamiento que empiezan a funcionar en pandemia se implementaron gracias a la presión y la organización. Fue una demanda que suplió una necesidad de transporte permanente que se instala en plena pandemia.”
“El gobierno por medio de las autoridades del servicio de salud se negó al petitorio, argumentando que nuestro régimen presupuestario no les permite acceder a este servicio, a diferencia de carabineros, milicos, diputados y senadores, que mantiene los privilegios que todos conocemos. El problema comienza una vez instalado este gobierno. A fines de marzo del 2021, se crea una mesa de negociación que incluye a la delegada presidencial y el director de salud de Concepción para la mantención del servicio de acercamiento, utilizando la figura de estado de excepción y alerta sanitaria. Así se mantiene la situación hasta el mes de octubre del año pasado donde nos dejan sin los buses, lo que nos obliga a movilizarnos. Durante octubre, llega al servicio de salud Concepción, Víctor Valenzuela, ex director del servicio de salud Arauco, con antecedentes de persecución sindical y cercano a personeros del gobierno. Un verdadero portón de fierro cuyo objeto fue golpear a los trabajadores y no nos equivocamos. En el mes de noviembre empezamos un paro de pabellón, que es el argumento que utiliza la autoridad, relacionándola con una agudización de las listas de espera, lo que es falso. Las listas de espera son multifactoriales. Se relacionan con la falta de médicos especialistas, las vacaciones de los médicos, las licencias de los médicos, con los médicos trabajando en el sistema privado. Se debe considerar que no tenemos derecho a sindicalizarnos y las medidas de fuerza es lo que nos queda.”
Becar, continúa su relato y señala: “El 03 de enero se lleva a cabo una asamblea en el frontis del hospital donde se plantean dos posiciones. Una era retomar la movilización en marzo y la otra, que fue unánime un paro inmediato. La estrategia de las autoridades y los medios de prensa oficial es enfatizar las listas de espera, pero esconden el verdadero problema que es el desgaste físico y mental de trabajadores que tienen que madrugar para llegar a cumplir con su trabajo. Estamos hablando de trabajadores y trabajadoras de Florida, Santa Juana, Talcahuano, Tomé, Lota, Coronel, Hualqui. El 70 % son trabajadoras, son la base de esta movilización, que por lo general asumen triple rol con el trabajo doméstico. Lamentablemente uno de nuestros detractores ha sido la dirigencia del colegio médico, que es un gremio que se beneficia con este sistema de salud, pudiendo sacar provecho de la posibilidad de utilizar el sistema público y privado. Eso es lo que nosotros observamos como una de las verdaderas razones del engrosamiento de las listas de espera. Por otro lado, el gobierno ha preparado un verdadero salvataje a las ISAPRES que han tenido ganancias que son una burla, frente a las condiciones que viven las y los trabajadores.”
“Otro aspecto importante es que los montos de mantenimiento de los buses son asequibles para la administración del hospital. Con un copago para un hospital con 6.000 trabajadores es financiable.”
Y continúa “Los trabajadores deben salir a las 05.30 de sus casas para llegar a trabajar y salir del establecimiento alrededor de las 20.00 horas. Retrocedimos un siglo y esto se parece más a un régimen de esclavos. Exigimos respeto a lo que hacemos, porque lo que hacemos tiene que ver con el bienestar de la población. Los diputados, entre estos: Aedo, las autoridades y los dirigentes del colegio no lo van a entender porque ellos no viven como los trabajadores. Un antecedente es que desde que se inicia la paralización ya tenemos tres asaltos a compañeras. La autoridad dice que ningún trabajador tiene las condiciones que dan origen a las exigencias del gremio y eso es escudarse en un argumento simplista que no reviste análisis. Aquí hay una complicidad de todas las autoridades desde el mismo presidente. Están esperando reaccionar cuando esto se agudice y empleen lo que mejor saben hacer o una ley reactiva o simple represión. Las autoridades tanto de la delegación regional, como el servicio de salud están estudiando como aplacar el movimiento por medio de sanciones y acciones legales contra los y las dirigentes.”
“Nuestra respuesta es determinante – señala enfaticamente Becar – La única lucha que se pierde es la que se abandona. Los trabajadores debemos asumir que las movilizaciones van a ser perseguidas, demonizadas y se descalificarán a los movilizados frente a la población. Aquí estamos trabajadores y dirigentes unidos, no hay lugar para la corrupción, y debemos hacer sentir nuestra voz.
Nos mantendremos firmes en esta huelga de hambre. El paro ellos los produjeron por su irresponsabilidad, su falta de visión, están ciegos e insensibles frente al sacrificio de los trabajadores de la salud. Esta no es una democracia, estamos frente a gobiernos que han profundizado y administrado lo que dejó la dictadura. Se profundizará con la nueva constitución que nace del acuerdo de los mismos sectores responsables de la situación a la que hemos llegado los trabajadores.
“Los que estamos en esta movilización, somos pobladores y trabajadores, nuestra preocupación son también los pacientes y nos formulamos preguntas que van más allá de una sola demanda. Este movimiento también se plantea qué tipo de salud necesita el pueblo, dónde está la participación del pueblo en la política de funcionamiento de los hospitales, como mejorar la atención. El llamado a la población es a defender la salud pública y a denunciar el negocio de los privados donde se vende sangre y dolor de nuestro pueblo. Debemos estar unidos, para darnos fuerza hasta vencer a los que nos tienen de rehenes. No vamos a ablandarnos frente a las presiones”, finaliza el dirigente para nuestro medio.
Actualización
A altas horas de la noche del 27 de enero, y en la madrugada del 28, la unidad, convicción y fuerza de los y las trabajadoras luego de casi treinta días de movilización, obtuvó un primer triunfo sobre la base de un preacuerdo obtenido luego de varias horas de discusión entre las partes. Este preacuerdo se sancionará el lunes 30 de enero por nuestra asamblea, la cual está convocada para este lunes a las 08:00 en el frontis del hospital Regional.