Un centenar de personas se reunieron el día de ayer en la simbólica Plaza Perú, lugar que en reiteradas oportunidades los ha visto marchar incansablemente por la liberación de cada uno de los muchachos que hoy aun se encuentran encarcelados y por aquellos que hoy, a pesar de haber sido indultados, ven en peligro nuevamente la ansiada libertad, debido a la debilidad del gobierno que no es capaz de defender la resolución tomada y que da pie a que este indulto sea revocado.

Los pacos también llegaron puntuales a la cita. Lo hicieron utilizando métodos para atemorizar. Realizaron control de identidad a cuanto cristiano encontraron. Cada uno de los asistentes tuvo que hacer entrega de sus documentos de identidad, cual delincuentes. Se les sumó un alto contingente de carros policiales, motos y un sinnúmero de pacos de civil que intentaban mezclarse con los manifestantes. A pesar de todo esto, la marcha salió y realizó el recorrido trazado.

Partieron por la calle diagonal Biobío, cortaron el tráfico de una de las principales arterias de la capital regional – avenida O’Higgins – . Siguieron por calle Caupolicán, para volver por Barros Arana hasta realizar el cierre en en Plaza de Tribunales, lugar en donde se realizaron dos discursos cargados de fuerza, emotividad y claridad, los que nuevamente hicieron el llamado a la unidad y ha seguir peleando en las calles lo que es nuestro.

Dentro de las demandas además de la defensa de la libertad de los muchachos indultados, los manifestantes en su recorrido corearon consignas relacionadas con las alzas, por la liberación de los presos políticos, liberación de los weichafes encarcelados y en apoyo al pueblo hermano de Perú, que hoy libra una sangrienta lucha para expulsar a los corruptos y asesinos que dirigen el País.

La presencia de los manifestantes deja en claro que no se permitirá que la libertad sea encarcelada nuevamente por razones políticas. Ni menos por una tropa de corruptos que se roban a manos llenas lo que al pueblo le pertenece. Porque el indulto otorgado no es mérito del Boric, sino de la presión de miles en las calles que lo obligaron a dar ese paso.

De aceptarse la exigencia de revocación, no sólo el gobierno estaría deslizándose a su propia perdición. Sino que también se trataría de una provocación sin nombre en contra del pueblo. La respuesta a esa infamia – que en Conce está mas que clara – la respuesta no tendrá ningún tipo de contemplaciones

Porque a pesar de todos los intentos del régimen por apresar a quienes luchan. Hoy en Concepción se dio un nuevo ejemplo de dignidad, de defensa y de saber cuál es el camino a seguir. Y esto no parara por las vacaciones ni por disputas menores. En Concepción, al igual que en otras regiones de nuestro país, esto no cesa hasta verlos a todos libres y hasta cambiar todo lo que el pueblo diga que debe ser cambiado.