Como que da ternurita. Hasta les hacen una noticia: “Después de dos años de estudios, egresaron”. Uno no sabe si felicitarlos o reírse en su cara. Pero la ternura se acaba de cuando recordamos que estos hijos del pueblo han elegido servir al régimen que reprime, mutila, desaparece y asesina al pueblo, a sus muchachos y muchachas estudiantes y a los mapuche en el sur.
Sí, uno lee y se pregunta ¿no es acaso una oportunidad para salir de la pobreza, del barrio tomado por el narco, no es acaso una forma digna de surgir? Ellos, hijos del pueblo que, como todo hijo del pueblo, tiene negada la posibilidad de estudiar, de surgir gracias a su trabajo, de ser feliz y vivir en paz.
¿Por qué burlarnos de ellos, de ellas? Porque dicen que está excepcional esta promoción, que luego de dos años estudiando, finalmente egresó con nuevas herramientas, preparada para servir al país.
“Hoy es un día histórico. Este egreso significa la materialización de un gran anhelo que es entregar al servicio de la comunidad una promoción de carabineros mejor preparados… Jurarán servir a la nación con el espíritu que caracteriza a todos quienes pasaron por estas aulas, pero con un currículum superior, basado en un proyecto educativo integral y que reconoce tanto lo técnico como lo ético”, señaló la directora del plantel, coronel Claudia Carrasco Tapia, sobre las 257 mujeres y 297 hombres que pronunciaron juramento de reprimir al país con todo el odio posible, ante las principales autoridades del país y sus familias.
¿Será justo reírse en su cara? Porque, vaya que le ponen color a los mini paquitos y paquitas. Los pintan como si fueran unos pobres lesos a los que hay que felicitar por lograr terminar su formación que, diga lo que diga la coronel, es bien penca.
Pero entonces uno inmediatamente se acuerda de a lo que se dedican estos hombres y mujeres que eligieron ingresar a una institución que no ha hecho más que amedrentar, golpear, humillar, torturar y asesinar al pueblo de Chile a lo largo de su historia.
¡Entonces no! No da ni ternurita de que les hagan un titular, ni pena esa burla y desprecio subliminal de los medios de comunicación del régimen a estos suches, mandados y -hay que decirlo con todas las letras y sílabas: desclasados.
Pero hay algo que los nuevos pacos deberían saber, pese a todo eso. Es algo que no les enseñaron en su curso.
Por alguna razón realmente extraña, el pueblo de Chile es tan, pero tan, generoso que hasta ellos, suches, mandados y desclasados, podrán volver. Basta que hagan lo correcto una vez.
Anótenlo en el reverso de su diploma.