Al unísono que se escuche en todos los rincones del país: ¡pobechitoooo! Hoy, Sergio Micco (DC, pero de la variante “ex”), anterior director de ese instituto que sirve de poco y nada, el de Derechos Humanos, hizo lo que mejor puede hacer un personajillo mediocre como él, llorar la carta. Una forma nada novedosa de desviar la atención de sus responsabilidades criminales en el encubrimiento de las violaciones a los derechos humanos contra el pueblo durante el levantamiento popular de 2019.
Finalmente llegó el día. Micco se presentó ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados para explicar su situación. Porque, al parecer, la comisión lo citó para eso, para que hablara de sí mismo y de toda la injusticia sufrida mientras fue director del INDH. Porque su responsabilidad en el encubrimiento a las violaciones a los derechos humanos durante el levantamiento popular, finalmente fue sólo una mala anécdota.
Micco habría sido víctima de persecución política desde que ingresó a hacerse cargo del Instituto de Derechos Humanos.
“Lo que ustedes llaman presiones y que yo llamo ataque a la autonomía y pluralismo del instituto, empezaron la noche misma que fui elegido, donde públicamente se condenó que hubiese sido elegido con los votos de tres consejeros que los críticos calificaron de derecha… tres meses antes de que se iniciara el llamado que nosotros denominados la crisis social de octubre, literalmente ya había sido condenado”.
Nuevamente, al unísono, ¡nanai, pobechitoooo!
Y qué mejor lugar para llorar la carta que ahí, en un hemiciclo lleno de amigos. Porque a la hora de los quiubos, aunque se tiren avioncitos de papel, se traten a punta de garabatos y den un espectáculo grotesco como pan de cada día, los funcionarios del régimen siempre pueden sentirse como en casa.
Así que Micco aprovechó la ocasión y las cámaras para hacerse la vistima. Además, claro está, para recordarnos que sigue a firme con su blanqueamiento al gobierno de Piraña y de la actuación criminal de los pacos al mando del general Yañez, el ahora también favorito del gobierno de Boric.
“Quienes pidieron la renuncia de mi persona en razón de mis planteamientos con respecto a que en Chile no había violaciones sistemáticas a los DD.HH., sí violaciones graves, pero no sistemáticas… Hasta el día de hoy, no hay ningún informe internacional que lo diga, que acá hubo un plan concertado para atacar masivamente a la población civil pactando la impunidad”, señaló.
Además de llorón, bien mentirosillo el funcionario democratacristiano.
Citaremos solo parte del informe que emitió la ONU, ese otro organismo funcional de cartón piedra, que en diciembre de 2019, a dos meses del levantamiento popular, señaló que “se ha producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos que incluyen el uso excesivo o innecesario de la fuerza que resultó en la privación arbitraria de la vida y en lesiones, la tortura, malos tratos, la violencia sexual y las detenciones arbitrarias” además 34 personas “reportadas oficialmente” como fallecidas de las cuales 15 fueron encontrados en lugares siniestrados y 14 corresponden a muertes en lugares incendiados.
Además, la comisión de DDHH de la ONU conoció el relato de al menos 235 “presuntas víctimas” (así dice la ONU) de presuntas violaciones a los derechos humanos” y la alarmante cifra -al menos 350 personas- de lesiones oculares producto de la acción premeditada de los pacos al disparar al rosto de los manifestantes.
Si sr. Micco, mejor hablemos de lo mal que la ha pasado usted.