Estos no se andan con chicas porque los cuchillos los tienen a mano. A la ministra de Salud la mandaron al tribunal de ética del Colegio Médico por acusarlos de tortura en el hospital psiquiátrico de Valparaíso. A los pacientes le hacían electroshok sin anestesia. O sea, los torturaban. Flor de médicos.
Recordemos que la Ministra de Salud, María Begoña Yarza junto a un equipo de funcionarios de la Seremia de Salud de Valparaíso y de su gabinete visitaron en mayo pasado el hospital siquiátrico del Salvador para constatar “ciertas situaciones”. Posterior a esa visita interpusieron una denuncia en Fiscalía por tratos inhumanos, previstos en el artículo 150 del código penal, o sea, por torturas.
Las “ciertas situaciones” van desde tratos inhumanos como la aplicación del electroshok sin anestesia, hasta la sospecha de que allí “pudiera haber gente retenida contra su voluntad”. Un verdadero compendio del horror.
La respuesta del colegio médico fue contundente. No solo cuestionaron públicamente a la ministra pues ellos esperaban una visita para acordar el traspaso de recursos, sino que amenazaron con enviarla al tribunal de ética del Colegio Médico.
Y así lo hicieron. Aunque Yarza ya se había desdicho en Fiscalía – el 10 de junio- de su primera acusación, en esta oportunidad aportó nuevos antecedentes para “rectificar” su error.
“Luego de reunirme con trabajadores de la salud mental del Hospital en cuestión y obtener mayor detalle del contexto en el que se circunscribieron los hechos, me parece pertinente hacerle llegar este informe, pues describe las condiciones de precariedad en cuanto a infraestructura, equipamiento y procesos en que se han desarrollado la práctica clínica en el referido establecimiento, en medio de las cuales habrían tenido lugar los hechos denunciados en el oficio del antecedente, todo lo cual puede resultar fundamental, tanto para investigación de los mismos como para una calificación jurídica distinta a lo dispuesta en el artículo 150 A del Código Penal, ya que a la luz de los nuevos antecedentes que acompaño, esta me parece improcedente”, indica el nuevo oficio.
Pero a Yarza hay que darle una lección. A lo matón.