Están felices, respiran tranquilos. La propuesta para una nueva constitución no nacionalizará la minería. La riqueza de todos los chilenos seguirá siendo botín para los privados.
El pasado sábado 14 de mayo el pleno de la Convención Constitucional aprobó entre otras, seis artículos relacionados a la minería. En particular, el que interesa a los capitales internacionales y grupos económicos chilenos, quedó resguardado, tal como querían que quedara.
En pleno, la Convención rechazó modificar el artículo 27 de la constitución pinochetista que establece lo relacionado a las concesiones mineras y su derecho a exploración, explotación y aprovechamiento. El pleno también descartó de plano meterse en el otro asunto fundamental para Chile, la nacionalización de la minería.
A través de un comunicado las cuatro asociaciones de industriales de la llamada macrozona norte (AII-Tarapacá, AIA-Antofagasta, Corproa-Atacama y Cidere-Coquimbo) “valoraron” que haya primado la mesura, el sentido común y la responsabilidad entre los constituyentes, y era que no, porque sobre el asunto, no se moverá una hoja sin que ellos lo quieran.
Aun así, los industriales fueron “flemáticos” en entusiasmo. No sonaría muy bien mucha algarabía, tanto ruido levantaría sospechas. Si van de melindrosos, calculan, tienen margen para apretar tuercas hasta donde más se pueda.
Desde el extranjero también se permitieron opinar, y por qué no, si son dueños de la mitad de las riquezas del país. Uno de los opinantes, fue JP Morgan, el banco de inversión estadounidense, que sobre el particular señaló:
“Notamos un riesgo en que exista un sistema débil de autorizaciones, derechos y licencias, que se establezcan posteriormente mediante ley ordinaria (por mayoría simple y ante mayorías políticas circunstanciales), lo que hace probable que la incertidumbre sobre la inversión futura en el sector minero sea persistente”. Mmmm, seguro. También a lo melindroso.
Los que fueron enfáticos en el palmoteo en la espalda, por lo bien que se están portando los constituyentes, decimos, fue Morgan Stanley, el otro banco de inversión gringo.
“No vemos signos de elementos potencialmente disruptivos para la macroeconomía de Chile. Las propuestas más extremas han sido rechazadas por el pleno y los próximos pasos del proceso no deberían conducir a cambios importantes en el proyecto de Constitución”.
Bien muchachos, parece que están en la línea correcta, dicen los del norte y los de afuera, en la línea correcta. Defendiendo los intereses extranjeros, yanaconas.