Las movilizaciones partieron bien temprano. A las 11, los medios informaban que ya todo estaba controlado. El paro se bajó por la tarde y sus dirigentes anunciaron que mañana martes marcharán, acompañados por paradocentes, docentes y apoderados, hacia la municipalidad de Santiago para exigir de una vez por todas alguien tome cartas en el asunto.

Son años de abandono, no sólo de las condiciones en que los jóvenes estudian. Baños en mal estado, etc. etc. etc. Además, como sucede en todos los liceos públicos y subvencionados, la falta de profesores aumenta como una pandemia. Y a eso, agregan los muchachos, la violencia intraescolar sigue creciendo y los establecimientos no cuentan con el personal adecuado para enfrentar el creciente fenómeno en los liceos.

Como era de esperar, la movilización fue reprimida violentamente. Incluso se denunció que muchos de ellos fueron detenidos cuando se dirigían al metro para irse a sus casas.

En onda yogui, la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler se apuró en condenar los hechos, y señalar que “este no es el camino”. “Los hechos de violencia ocurridos fuera del Instituto Nacional son absolutamente condenables. ¡Este no es el camino! Desde Santiago, seguiremos trabajando por recomponer nuestras comunidades educativas en base al diálogo y avanzar en condiciones dignas para nuestros estudiantes”, señaló a través de  twitter.

También vía twiter y muy enfático a la hora de condenar los hechos,  el gobernador de la RM, el DC Claudio Orrego señaló que “urge acción de autoridades para evitar que emblemática institución se vuelva ingobernable”.

Sería interesante que ambas autoridades, que como gacelas corren a condenar, tuvieran la misma destreza para presentar soluciones para una situación que se agudiza año a año. Pero esto es solo un decir, sabemos bien que lo que quieren es el fin de la educación pública porque la educación es un gran y lucrativo negocio. Y eso es lo suyo, el business.