En Ñuñoa no quieren ghettos verticales. Eso está bien para Estación Central o Lo Prado. En el barrio alto los vecinos quieren tener sol en las mañanas y en las tardes. Entonces les paralizaron las obras, se quedarán sin trabajo muchos. El mandamás de los empresarios, Juan Sutíl, pegó el grito en el cielo, esto parece la UP dijo. No sabe na, cuando los trabajadores lleguemos al poder no habrá espacio para berrinches.
Juan Sutil, presidente de la CPC, nuestro nunca bien mentado gusanito de tierra, está con ataque de histeria porque les paralizaron una obra. Como si fuera a quedarse sin pega. Los que se quedarán sin pega y sin plata para parar la olla serán los trabajadores de la construcción. Otra UP dice Sutíl. Tanta alharaca. No habrá otra UP, porque no habrá espacio para berrinches. Barreremos con ellos.
A inicios de semana los trabajadores prendieron barricadas y concurrieron a protestar a la municipalidad. Son cerca de 400 trabajadores los que fueron despedidos por la paralización de las obras.
“Nos parece que los dueños del capital juegan con los anhelos de los trabajadores que buscan una fuente laboral, iniciando proyectos que están cuestionados ante los organismos administrativos, por sus posibles impactos, lo que nos provoca desazón, frustración e inestabilidad para nuestra clase trabajadora” señalaron los trabajadores ante los medios.
Pero el señorito Sutíl se queja de lleno. No está muy a gusto con que le paren las obras. Es que en Ñuñoa no quieren ghettos verticales. Esos están bien para Estación Central o lo Prado. En Ñuñoa, Providencia, La Reina, Vitacura o Las Condes, los vecinos quieren sol en las mañanas y en las tardes. Las sombras y los balcones para colgar la ropa, para el roterío.
La Comisión de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana con una ayudita de la Muni de Ñuñoa le aguaron la fiesta a la inmobiliaria que construiría casi 2 mil departamentos con una inversión cercana a los 300 millones de dólares.
Y no sirvió de nada que los depas tuvieran bonitos y amplios balcones. ¡No! La mega obra Egaña Comunidad se paraliza. La constructora DLP no se demoró nada en despedir a los trabajadores. Pero a Sutil solo le importa la engorda del bolsillo, que ya está bastante lleno.
“La incerteza jurídica lleva a que paralicen las obras por cualquier acto y no solo eso, sino que pone en riesgo el trabajo de quienes están allí trabajando. Pone en riesgo también a quienes están invirtiendo y cualquier actividad económica, porque en el futuro en cualquier otra comuna, como las que mencioné o en cualquier otra actividad productiva, puede pasar lo mismo. Eso es lo que destruye la estabilidad del país y la forma de relacionarnos. Encuentro que es casi volver a la Unidad Popular”, dijo entre lagrimones el ahora reconvertido en cocodrilo de pantano, Juan Sutíl.
No saben na´.