Hoy la que se arrastró ante los reaccionarios argentinos fue la vocera de gobierno, Camila Vallejo. “Nunca ha sido la intención sobrepasar la frontera de nuestro territorio”, dijo a quien la quisiera escuchar. Todo por decir “Wallmapu”. Parece que a las ministras se les olvida que las responsabilidades políticas las tienen en Chile y no en el país vecino.
Camila Vallejo se sumó a las rastreras disculpas que ayer dio la Ministra del Interior, Izkia Siches, luego que en Argentina los patrones deslizaran su molestia por el uso del término “Wallmapu” para referirse a los territorios mapuche.
La actuación de la Chicago girl -así le dijo, pesada como siempre, la diputada Pamela Jiles. por la negativa de Vallejo a un quinto retiro de las AFP- es vergonzosa.
Primero, porque responde a la provocación de una manga de políticos y empresarios corruptos de corte racista y terraplanista, de esos que abundan en el vecino país (y bueno, che, acá también los tenemos, ¿viste?) sobre un asunto del cual alguien con dos dedos de frente no se detendría a discutir.
En segundo lugar, porque la ministra Vallejo olvida sus responsabilidades políticas en Chile. En el… ¿Wallmapu? hay un conflicto y, se supone, que los frenteamplistas venían a limar asperezas.
Por ende, las quejas de los derechistas argentinos no merecen disculpas, sino una respuesta firme: “no se metan en nuestros asuntos internos”.
¿Pero qué es lo primero que hacen? Pues dar el beso de Judas: aquí no hay un Wallmapu, fue todo una lamentable malentendido, un exceso hippie, perdón, perdón. Hasta el UDI Javier Macaya le dio su palmadita en el hombro a la ministra Vallejo. Las excusas “son suficientes” dictaminó. “Ya, suficiente, no es pa´ tanto, tampoco”, habrá querido decir Macaya, con algo de vergüenza ajena ante la sumisión del gobierno a intereses externos.
Por estos días, el presidente Gabriel Boric viajará a la Argentina con una nutrida delegación (nada de indígenas, eso sí). Lo hace inclinándose a las maniobras de los opositores de su anfitrión, el presidente Alberto Fernández.
Ya le van tomando el peso en el exterior. Y ese, contrario a las apariencias meramente físicas, no es mucho.
Veremos cómo les va cuando retornen y tengan que aterrizar, esta vez sin alfombra roja, en el Wallmapu, perdón, Macrozona Sur.