Un mochilazo para recibir a Boric. Fue un centenar de estudiantes secundarios los que acudieron al Mochilazo convocado por el SER (Secundarios en Rebeldía) a medio día en la Estación Baquedano, Plaza Dignidad. Allí y en diversos puntos de la capital y en otros puntos del país, durante todo el día marchó y fue reprimido el pueblo.
De pocas y claras palabras.
“Declaración para este inicio de clases y contra la nueva cara de los poderosos que asumirán el 11 de marzo. Nuestra alternativa como juventud popular es impulsar la lucha popular en cada liceo por una educación y vida digna, posicionándonos en contra de quienes no les interesa nuestra educación . EN CADA LICEO CON REBELDÍA Y ORGANIZACIÓN COMBATIMOS LA NUEVA CARA DE LOS PODEROSOS”
De pocas palabras, nada más. Pero hubo acción. Los muchachos lograron cortar el tránsito, calentar el ambiente. Se enfrentaron a Carabineros y llenaron el aire de panfletos.
Porque a la challa ensordecedora de la asunción de Boric le faltaba algo. Mucha eminencia, mucho traje a la moda, zapato bonito, mucha prensa, mucha alharaca.
Y el pueblo, el pueblo dónde está?
Allí estaba el pueblo hoy en Plaza Dignidad. También en Cumming con Alameda por la tarde, muy cerquita de los barrios del presidente donde rato antes ya le tenían pegados lienzos de bienvenida. Otros aparecieron en las villas populares ñuñoinas.
En Cumming paralizaron el tránsito y encendieron barricadas para exigir educación digna y de calidad para todos.
En la Alameda, cerca del Santa Lucía también estuvieron. Allí fueron amedrentados por carabineros, que cobardes desde sus motos les lanzaban todo tipo de amenazas. Se denunciaron violentas detenciones. Niños y niñas dando la cara.
Hicieron de lo suyo también contra los familiares de los presos políticos que también estuvieron en las calles. Con carros lanza aguas y gases y violencia desmedida. Como un día cualquiera. También hubo lo suyo en Valparaíso mientras las autoridades se cambiaban las bandas.
“Ya no está el Piñera” le gritaban a los gorilas mientras se abalanzaban cinco contra uno. Ellos, como quien ve llover “Y a mí qué– pensarían- en la calle mandamos nosotros”.
Aún no hay recuento del daño contra los muchachos, contra las familias y amigos de los presos. Mañana será otro día. Cada día, un día menos para Boric. Partió la cuenta regresiva.