“Hola, te doy la bienvenida a esta audioguía de la verdad. Una versión de la historia contada por los herederos de los que sufrimos la invasión europea. Mi nombre es Xokonoschetlet Gómora, soy un descendiente azteca, y he dedicado mi vida a que la sagrada corona de nuestro emperador Moctezuma vuelva a nuestra tierra”, se escucha al principio del material.

El audio continúa contando que el 13 de agosto de 2021 se conmemoraron los 500 años “de la destrucción de Tenochtitlán a manos del invasor español Hernán Cortés” y explica como el penacho de Moctezuma “llegó a Viena como consecuencia del saqueo europeo del patrimonio histórico que se exhibe en varios museos de ese continente como Austria, Francia, España, Inglaterra y Alemania”.

Por supuesto los flemáticos funcionarios vieneses quedaron en frío al enterarse que el operativo para cambiar los audios-guías había sido de los más simple. Lo que hicieron los mexicanos fue muy sencillo, visitaron el museo, tomaron un par de audio-guías y las cambiaron por algunos que ellos habían comprado.

“Nosotros tomábamos una audio-guía, dábamos la vuelta como turistas, nos íbamos al baño, sacábamos la nuestra y al devolverla dejábamos dos. El primer día estábamos muertos de miedo, pero lo que nos dimos cuentas es que era muy simple meterlas. Las audio.guías no las tienen contadas, las echan en un cubículo, recargan y las toman de nuevo los visitantes”

“Es muy simple, al menos hasta que lean este artículo, que no se hayan dado aún cuenta del cambio”, contó a un medio mexicano, Sebastián Arrechedera, documentalista y autor de la iniciativa junto Yosu Arangüena, publicista y Xokonoschtletl Gómora activista.

Para no levantar sospechas sobre visitas recurrentes para el cambio de las audio guías, los hackers solicitaron ayuda a otros jóvenes de distintas nacionalidades para lograr cambiar el audio a 50 aparatos. Nadie se dio cuenta de nada.

El penacho de Moctezuma es un “tocado” o adorno de plumas de quetzal (ave) engarzadas en oro que se encuentra actualmente en dicho museo. Se dice que pudo pertenecer a Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520) aunque no hay certeza histórica de ello, ni autenticidad de su antigüedad. ​ A lo largo de varios siglos, la pieza ha cambiado de dueños hasta parar en Viena, Austria.

Por supuesto han sido infructuosos los intentos y las diversas campañas de los gobiernos mexicanos por traerlo de vuelta a México.

El museo afirma que “no sabe cómo llegó el penacho a su colección ni si se trata de una pieza histórica auténtica” y para no devolverlo a México, ha alegado, “que la pieza se destruiría por las vibraciones provocadas en el viaje”.

No faltaba más tanto cuidado.