Una declaración del Partido Comunista sobre la intervención indebida de Estados Unidos -y de Piñera- en Nicaragua, provocó el más enérgico rechazo del… ¡Partido Comunista! Parece que a la otrora “monolítica” colectividad, “de nuevo tipo”, la manda ahora el joven diputado liberal, un tal “Boris”.
Les pedimos, dilecta lectora, respetable lector, perdón por el uso “liberal” de las comillas. Es que en la “izquierda” nada es exactamente literal. Así ocurrió con una declaración emitida por el PC y otros partidos y movimientos -están el Partido Igualdad o el Ukamau, entre otros- sobre las elecciones en Nicaragua.
El asunto, reconozcámoslo, es un poquito espinudo. El régimen de Daniel Ortega y el FSLN, desde hace muchas décadas está absolutamente alejada de la gesta revolucionaria de 1979. De hecho, Ortega y compañía entregaron la revolución a la contra, menos de diez años después. Posteriormente, el FSLN entró en una alianza con los corruptos gobiernos del somocismo. El regreso al poder de Ortega se dio en el contexto del surgimiento de los gobiernos nacionalistas en América Latina.
Pero en Nicaragua, uno de los países más pobres de la región, hubo siempre un factor especial, su extraordinaria dependencia con Estados Unidos, que no se morigeró con los sucesivos gobiernos de Ortega. Esa “relación especial” es evidente también en la crisis actual.
Es cierto que Washington criticó las medidas aplicadas en contra de la oposición en vísperas de las elecciones. Pero también es cierto que, contrario a su línea de conducta habitual, no ha hecho nada más, no ha impuesto sanciones a dirigentes políticos y funcionarios estatales, no aplicado medidas de bloqueo económico… sólo palabras. Curioso.
Para la derecha en América Latina, el asunto es obviamente muy distinto: represores y hambreadores se visten de demócratas y humanitarios para atacar al régimen nicaragüense. Nunca se olvidan de mencionar a la vicepresidenta, Rosario Murillo, que encaja bien en el estereotipo machista del hombre que es manejado en las sombras por su esposa malvada.
Entonces, ya vemos por qué una declaración de la “izquierda” sobre Nicaragua es un texto difícil de redactar. De hecho, se tomaron casi una semana en hacerlo. Cuando estaba listo el texto -algunas generalidades “democráticas”, un poco de no injerencia exterior y la mención de algunos hechos como que, pese a la represión política, Ortega igual obtuvo un respaldo claro- quedó la crema.
Que el candidato de la “izquierda”, Gabriel Boric, se sumara a la línea fijada por Piñera no es sorpresa…o no debiera serlo, al menos para nuestros lectores bien informados. Pero que el PC fuera el principal oponente a su propia declaración, eso sí que captó nuestra atención.
Desde el XX Congreso del PCUS no había tanta confusión en las pistas.
Pero ya nos damos por notificados en quiénes son los aliados de los gringos (¡y de Piñera!) a cambio de un par de presuntos puestos en la administración pública. La crisis del régimen ha venido destruyendo por dentro a todos los partidos. El PC, por lo visto, no es la excepción.