Paco asesino vuelve a paquear

Sebastián Zamora, quien envió a un joven -que salvó con vida por milagro- desde el puente Pio Nono al lecho del Mapocho, volverá a Carabineros. El cabo segundo había zafado en primera instancia, pero el proceso continúa: está pendiente la apelación a un extrañísimo fallo absolutorio. Pero esos son detalles. Zamora, rastrero, mentiroso y asesino, es claramente el tipo de paco que esta institución merece.

30 de septiembre de 2024

Fue en el “cónclave” o “cumbre de seguridad” en Palacio Castillo en que los parlamentarios pinochetistas le plantearon al presidente de la República una de sus demandas más sentidas. No se trata de un proyecto de ley demencial o de medidas represivas afiebradas. Todas esas inquietudes ya han sido acogidas e implementadas por el actual gobierno. Al fin y al cabo, hasta las fantasías autoritarias de los políticos derechistas tienen ciertos límites.

Lo que le pidieron a Boric fue que ordenara la reincorporación de Eugenio Zamora a Carabineros de Chile. La respuesta del mandatario, según los reportes de prensa, fue contemporizadora; habría dicho que no tenía claro la situación procesal del ex policía, pero que “lo iba a estudiar”.

Por lo visto, el estudio ya concluyó. Zamora volverá a las filas de la policía uniformada.

Por supuesto, no lo habían echado, en su momento, por estar acusado de homicidio frustrado, que eso es una menudencia para esta gente, sino que porque había engañado a sus superiores al llevar una cámara GoPro propia a los “procedimientos”.

Su “situación procesal”, en tanto, sigue igual: está pendiente la vista de la apelación presentada por la fiscalía y el INDH ante Corte de Apelaciones de Santiago.

La sentencia de primera instancia que absolvió al carabinero, como dijimos aquí, descansa en unos supuestos muy peculiares. Lo más llamativo es que los jueces desecharon expresamente la teoría de la defensa, que decía que Zamora sólo quiso detener al joven que lanzó al río. Lo que señaló el tribunal, en cambio, fue que la fiscalía no pudo probar su caso.

Según la sentencia, fue que la fiscalía no señaló cuál de las lesiones que sufrió la víctima habría sido, potencialmente, mortal. Una idea rarísima. Porque un homicidio frustrado, que esa era la imputación, es un homicidio que simplemente no funcionó. No hace falta lesión alguna.

Estos jueces habrían absuelto al cabro que le disparó a Trump, ya que la herida en oreja no sólo no lo mató, sino que tampoco podría haberle causado la muerte.

“Aquí no pasó nada”, dijo el tribunal que absolvió a Zamora

Y, además, sostuvo el tribunal, los testigos usaron verbos distintos para describir qué hizo Zamora para lanzar a la víctima desde el puente: “empujar”, “abalanzar” y “agarrar y tirar”. Como no coinciden las palabras, el homicida debe ser absuelto, razonaron los magistrados, que no le dieron mayor importancia a los videos del hecho que todo el resto del mundo sí vio.

Claramente, para ellos, el lenguaje -y sólo el lenguaje- crea realidad.

Alguien se podría preguntar por qué el gobierno permitió ahora la reincorporación de Zamora, en vez de esperar el resultado de la apelación.

La respuesta es simple: por eso mismo.

Los parlamentarios fachos que adoptaron a Zamora como mascota en el Congreso -le dieron una pega de junior de la diputada Chiara Barchiesi- no lo escogieron a él porque creyeran que fuera inocente. Lo elevaron como símbolo porque todo el mundo vio que es culpable y él mismo lo corroboró mintiendo hasta los codos en todas las etapas de la investigación.

Esa es la idea.    

En eso consiste la impunidad que se quiere celebrar.

Y es por esa misma razón que el gobierno aceptó que vuelva a ser paco.

Lo que quieren que todos los pacos sean así: rastreros, mentirosos y asesinos.