En el aniversario del deceso de Luisa Toledo, la policía asaltó las sedes de organizaciones sociales de Villa Francia. El gobierno celebró la agresión, realizada con el mismo pretexto empleada durante la dictadura: “armas y extremistas”.
En una masiva operación, efectivos de Carabineros asaltaron el comedor Luisa Toledo y las instalaciones del medio popular Radio Villa Francia. Registros audiovisuales dan cuenta de los destrozos realizados en el comedor, que alberga a una escuela para los niños de la histórica población. Los represores destruyeron materiales de estudio, alimentos, muebles, equipos, además de puertas y ventanas. Una mujer que, debido a sus precarias condiciones sociales y de salud, encontró refugio en ese lugar, fue apresada por los policías.
En tanto, nueve estudiantes que habían pernoctado en la sede de radio Villa Francia también fueron detenidos.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, “felicitó” a Carabineros por un “golpe policial muy valioso”.
Tohá reconoció abiertamente el carácter político de la acción represiva que se habría dirigido en contra de “distintas actividades que dan cuenta de que el grupo de personas que estaba comprometido en este tipo de acciones violentas, desarrollaba una amplia agenda y trataba de influir en distintos ámbitos de la sociedad con su propuesta de violencia como forma de procesar los debates sociales”.
Los allanamientos serían parte de la investigación de un “atentado explosivo” a una automotora, ocurrido en 2023; la presunta “bomba”, sin embargo, no habría explotado. Además, se indagaría la “colocación de un artefacto explosivo en vehículo policial” en 2024. Las versiones de prensa no entregan más detalles y hechos que, por lo demás, no tuvieron divulgación pública previa.
La investigación, por cierto, está a cargo del fiscal Héctor Barros, el mismo que está cargo de la investigación del asesinato del militar golpista venezolano Ronald Ojeda. Barros aseguró que “hemos incautado una gran cantidad de armamentos y también se han incautado algunos elementos explosivos”.
En la audiencia de control de detención de 13 personas aprehendidas por la policía, sin embargo, ya queda claro que se trata, una vez más, de un montaje. Uno de los “elementos explosivos”, una supuesta granada, resultó ser una lacrimógena de Carabineros que había sido conservada por una de las detenidas.
La detención de los nueve estudiantes, en tanto, fue declarada derechamente de ilegal, por la jueza de garantía. Otras “pruebas”, en tanto, no fueron consignadas en el parte policial, pero “aparecieron” durante la propia audiencia.
En los próximos días, se conocerá más sobre la extensión de este montaje.
Lo que ya está claro es que, nuevamente, se realiza una provocación en contra de las organizaciones populares; esta vez, sin embargo, con la infamia añadida de pretender agraviar con violencia en el recuerdo de Luisa Toledo.
Se trata, justamente, de la memoria de una madre que nunca temió enfrentar a los inmundos esbirros y sus mandantes. La idea de que ese ejemplo pudiera haber caído en el olvido demuestra no sólo la desvergüenza, sino la infinita estupidez de este régimen.