Un primer triunfo: anulan juicio a comuneros

La sexta sala de la Corte de Apelaciones de Concepción decidió anular el juicio que condenara a 15 años y medio de prisión a los miembros de la CAM Ernesto Llaitul, Esteban Henríquez, Nicolás Alcamán y Ricardo Reinao.

Por unanimidad, la sexta sala de Corte de Apelaciones de Concepción revocó la sentencia en el juicio en contra de los comuneros y ordenó la realización de un nuevo proceso. Los ministros señalaron que el fallo condenatorio no contenía «una explicación razonada de la participación de los acusados en los hechos que se les imputaron, pues existen teorías alternativas del caso que no son suficientemente descartadas» y que la fundamentación de la sentencia fue sólo «aparente y sesgada» al dejar fuera información relevante obtenida en el juicio.

La huelga de Hambre continua

Los presos políticos mapuche declararon que, no obstante la resolución favorable, continuarán son su huelga de hambre. Algunas de las demandas podrían resolverse administrativamente –voluntad política le llaman.

La semana pasada, familiares de los presos y voceros de la CAM se dirigieron al Ministerio de Justicia para una reunión acordada con la autoridad. Sin embargo, fueron reprimidos antes de su ingreso, lo que impidió que el encuentro se realizara. Al día siguiente, concretó una entrevista con el subsecretario Jaime Gajardo –miembro del PC e hijo del dirigente de los profesores homónimo- quien se negó a cumplir con la demanda de habilitar un módulo para comuneros en el penal de Concepción.

Mientras, se presentó una solicitud ante la Dirección Regional de Gendarmería de la Araucanía para la libertad condicional inmediata de Daniel Canio Tralcal, quien cumple los requisitos para acceder al beneficio.

El Campamento

A pesar de la decisión de los comuneros de continuar con la huelga de hambre hasta lograr las demandas planteadas hace casi 90 días, las familiares califican como un primer triunfo el fallo entregado por la justicia.

Mujeres que, a pesar de su alegría por el triunfo obtenido, denotan en sus rostros el cansancio y la preocupación de un mes de dormir en carpas bajo un puente y de ver como la salud de sus familiares se deteriora cada día mas.

El mes transcurrido desde su instalación en un campamento en las afueras del penal -el 10 de enero- no ha estado exento de dificultades. Abandonar casas y familias, noches sin dormir, amenazas, vigilancia, controles y enfermedades, por nombrar algunas. Pero también se ve en sus rostros el cansancio satisfactorio del fruto de la solidaridad y la organización.

Organización que se daba al calor de una fogata y de un mate compartido. Han sido arduos días de trabajo, relatan. Aquí se gestaron –en conjunto a otras organizaciones que conformaron la red de apoyo Conce- el trabajo de mostrar, en la ciudad, las demandas de los comuneros; de velar por tener información verídica del estado de salud de los huelguistas y las acciones para sindicar al gobierno de Boric como el principal responsable de orquestar la persecución política al pueblo mapuche, por luchar por sus justas demandas.

En este campamento se planificaron iniciativas de acción directa, intervenciones en instituciones públicas, del Poder Judicial y de la Iglesia, entrega de cartas en Gendarmería y la reunión con su director para velar por el oportuno traslado de los huelguistas al hospital. Coordinación de barrotazos y ayekan a las afueras del penal, de tribunales y del hospital para denunciar la persecución sostenida por el gobierno. Murales en el campamento y en poblaciones aledañas, funas a la radio Biobío, a la Seremi de Justicia y Derechos Humanos y a la delegación presidencial. Coordinación con el departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico, visitas de profesionales de la salud para evaluar el deterioro de los huelguistas, jornadas de agitación y propaganda de las demandas, entre muchas otras tareas que, sin duda, aportaron al triunfo obtenido en tribunales.

Solidaridad, organización y movilización

Valeria una de las familiares, y parte del campamento, señaló que comenzarán a levantar el campamento y dijo a quienes conformaron la red de apoyo Conce: «compañeros y compañeras, no sé cómo expresar la gratitud por hacer suya esta pelea de manera tan intensa durante este mes. Estamos contentas y agradecidas por lo logrado. Este triunfo se debe también a la solidaridad, organización y movilización que nos ayudaron a levantar en la ciudad».

Así es, una y otra vez se confirma en los hechos que unidos somos más fuertes, que los métodos aprendidos por el pueblo en su camino de lucha, son la forma adecuada y que su utilización, dejando en un segundo respetuoso plano las diferencias, nos llevarán a la victoria.