Una grabación revela como realmente es la clase burguesa, pero de verdad. El registro de una reunión entre el abogado Luis Hermosilla, el empresario Daniel Sauer y una operadora política, María Leonor Villalobos, muestra cómo roban, cómo coimean, cómo engañan y, sobre todo, cómo hablan cuando están entre ellos. En la ‘peni’ les pedirían un poquito de recato. Y no por los garabatos.
Reconozcámoslo. La grabación -a la que “tuvo acceso”, como se dice en la jerga periodística, el sitio Ciper- parece sacada de una película de mafiosos o de las escuchas secretas del FBI a los capos de la familia Gambino de Nueva York.
Pero en este caso, no se trata de bandas criminales, sino de representantes de la clase dominante, la que llamamos la burguesía.
Presentemos a los personajes. Uno es al que llamaríamos propiamente capitalista: el empresario Daniel Sauer, una importante figura en la colonia judía local.
Otro, es uno de los abogados más influyentes del país, Luis Hermosilla, representante, por ejemplo, de la UDI, en diversas causas judiciales. Actualmente, defiende -o defendía, porque su cliente rápidamente terminó el contrato, apenas se conocieron las grabaciones- al jefe de asesores del presidente Boric, Miguel Crispi, en el caso de corrupción “Democracia Viva”.
Su actividad es amplia y desconcertante: se extiende de complejos casos financieros y la defensa de conocidos y adinerados pedófilos a operaciones políticas. Se podría decir que es un especialista, no de una rama específica del derecho penal, sino en conseguir, mediante sus contactos, fallos favorables de jueces y ministros de Corte.
La tercera es menos conocida. Se trata de María Leonarda Villalobos, ex funcionaria del Ministerio de Educación y “gestora de intereses”, asociada al ex diputado DC Exequiel Silva.
La reunión grabada, probablemente, por alguno de los tres participantes, se realizó, de acuerdo a Ciper, en junio pasado.
El tema era obvio: los problemas en los que se había metido Sauer, dueño de la corredora de bolsa STF Capital. En marzo, la Comisión de Mercados Financieros (CMF) había suspendido sus operaciones por “proporcionar información falsa al mercado, público y regulador, al efectuar operaciones con el objeto de fijar el precio de un valor, realizar operaciones ficticias, no cumplir con los índices de cobertura patrimonial y realizar transacciones de su giro pese a estar suspendidas sus actividades”.
O sea, era un estafador a gran escala. Sólo que no se sabe bien a quién perjudicó y cómo. Esos detalles se los guarda, seguramente por pudor, la CMF.
Más claro son las víctimas de los robos de Sauer con otra de sus compañías, Factop, una empresa de factoring, es decir, que entrega dinero a cambio de facturas por cobrar. A cambio de un buen descuento, se entiende. Suena chamullento y lo es. Pero… es legal.
Lo que no es legal, es lo que hacía Sauer, quien emitía o se conseguía facturas falsas. Con ese respaldo ficticio, consiguió millones de dólares, de familiares y de otros de acaudalados miembros de la comunidad judía, a los que prometía, como el financista estadounidense Bernie Maddoff, enormes retornos. Pero, además, le debía al fondo de inversión Larraín Vial. Esos, preocupados de perder la plata, reclamaron ante la CMF e hicieron estallar la burbuja de Factop.
Parte de esos recursos habrían ido en beneficio del grupo Jalaff, socio de Sauer en una inmobiliaria llamada grupo Patio, dueña de varios malls y edificios de oficinas en Sanhattan, entre otros.
Esto, que es todo público, por lo demás, sería el contexto de la reunión grabada subrepticiamente.
¿Y qué dicen?
¡Qué no dicen! estimado lector, cara lectora.
La chica Leonarda informa que en el Servicio de Impuestos Internos ya recibieron una comunicación de la CMF y que van a abrir una investigación más amplia de lo esperado. Un “dato” que se consiguió por ahí.
Sauer le comenta a Hermosilla cómo es el modus operandi de la operadora: “hoy día, para mí, la Leo es familia. Nos estábamos conociendo recién. Me cobró gamba 40. Me dijo, ‘le voy a tirar gamba al Servicio [de Impuestos Internos] para arreglar tu huevá. Son 40 para mí’. Nos estábamos conociendo y ya encontré que me cobró súper barato. Mi huevá eran 3.500 palos, con mi casa embargada y giro del Servicio hecho. Y le pagué cero al Servicio. Y a la Leo le pagué 140 palos. O sea, y por lo demás creo que ya prescribió (risas). Fue todo un éxito”.
Hermosilla, en cambio, insiste en que hay un funcionario del Servicio de Impuestos Internos al que hay coimear urgentemente, para tener acceso a la información. Pero hay un problema: todavía se le debe plata, al parecer, por otras “gestiones” anteriores.
“Necesitamos para ayer 10 palos, altiro”, Hermosilla urge a Sauer, “altiro, porque la Leo lo primero que debe hacer (…) O sea, de aquí a mañana tienen que estar los 10 palos. Porque a ese huevón lo que yo le quiero pedir es lo siguiente, una cuestión que es súper simple: ‘Compadre, quiero que me des lo máximo que me puedas dar’. Y él puso como condición, ‘no me hueveen, pónganme primero las 10 lucas que me deben de abril’. Listo. Perfecto. Ahora están puestas. Quiero que me diga lo máximo. Cuatro ucranianas, tres polacas, dos argentinas y todas en pelota y todas haciendo no sé qué. La raja. Pero además me ponís un yate, me ponís langosta, me ponís… ‘Sí, también, por supuesto, va incluido’. Ya, esto, listo. Antes de hablar de los números”.
La imaginación de Hermosilla es prolífica: “te juro, de este hueón dependemos. No tenemos otro filtro antes de la CMF. Y aquí es donde podemos meter manos. Y así se arreglan estas huevás. […] Yo quiero apretarlo. Lo quiero exigir en la eficiencia de más. Quiero que, hueón, si me puede bloquear los computadores, si me puede quemar una oficina de Impuestos Internos… Quiero lo más. Por eso es que quiero hacer una pregunta abierta, quiero decirle al compadre, ‘compadre, ¿qué más podí hacer?’. Lo quiero tentar, lo quiero huevón, puta… ¿Me cachai o no? Porque la huevá es suficientemente grande para que nuestro riesgo, para que quede la cagada más allá de los problemas que tenemos”,
Hermosilla, claramente, es el que más disfruta con todo el intercambio.
Hace ver que, en su juventud, militó en el Partido Comunista, donde aprendió a compartimentar la información. El amigo íntimo y ex socio de Andrés Chadwick desde sus tiempos de estudiante en la Universidad Católica, y a quien defendiera ante la acusación constitucional en su contra en 2019, incluso señala que fue “jefe del aparato de inteligencia del Partido Comunista en la clandestinidad. Quince años”.
¿Será verdad?
Es sabido -perdón, pero son los hechos- que en ciertas áreas del PC hubo muchos personajes turbios y actividades, digamos, complejas, especialmente en las relaciones o contactos con los organismos represivos de la dictadura. Y, más sabido que eso, es que a muchos comunistas que realizaron tareas especiales, o no, durante ese período les gusta exagerar las cosas.
En todo caso, sería ésta una buena ocasión para que el PC aclarara qué hizo Hermosilla en su partido.
El abogado insta a Sauer a armar “una caja negra” o “una vaca” de unos 100 millones de pesos, destinados a “sacarle eficiencia” al “huevón” del Servicio de Impuestos Internos.
Los 10 o los 100 millones en coimas, sin embargo, son nada. Sauer enumera cuánto es el monto de las facturas en cuestión: “Enero, 347 millones. Febrero, 609 millones. Marzo, 1.276 millones. Abril, 2.535 millones. Mayo, 2.612 millones. Junio, 842 millones. Julio, 2.590 millones. Agosto, 1.660 millones. Septiembre, 1.885 millones. Octubre, 1.630 palos. Noviembre, 2.600 millones. Y… Me aburrí de seguir”.
Donde la cosa va mejor encaminada que en Impuestos Internos es en la CMF.
Luis Hermosilla: “En relación a los cargos formulados, tenemos la estrategia. Estamos presentando los escritos. Hoy día debería quedar presentado todo. Ese es el cumplimiento de los acuerdos. ¿Ok? A partir de eso, la CMF va a mirar esta huevada… Va a pedir… Va a abrir el probatorio”.
Leonarda Villalobos: “Son 10 días”.
Luis Hermosilla: “Ese probatorio, que son 10 días, lo va a abrir, pero no va a rendir prueba. Esa es la conversación con nosotros”.
Leonarda Villalobos: “El compromiso”.
Luis Hermosilla: “Y no puede no abrirlo. Habrían querido no hacerlo, pero hay un mandato explícito de la ley. Y nosotros tampoco queremos que nada se salte, porque, si no, las huevás son nulas. Se generan nulidades que el día de mañana alguien puede hablar. Entonces, eso está andando. Está en su carril y está andando perfecto. Y no hay ninguna novedad. Salvo la novedad que nos dicen al final, en que Montes nos dice ‘cabros, ojo, no debería decírselo, pero se los digo. Estamos pidiendo información sobre esta otra huevada’ que es la que te contamos a ti y que nos juntamos… que ya no me acuerdo cómo se llama”.
Leonarda Villalobos: “Corredora de Bolsa de Productos, Factop”.
El compromiso, los acuerdos. Ya está todo arreglado, claramente.
Ahora ¿por qué Ciper publicó todo esto? ¿Y de dónde obtuvo una grabación de un total de 105 minutos más incriminatorios que las 30 monedas de Judas? No lo sabemos, en realidad.
Puede ser que sea simplemente “periodismo independiente”.
O puede ser que el antiguo financista de Ciper, el atribulado magnate chileno Álvaro Saieh, que tuvo que vender una parte de su propiedad del ya mencionado grupo Patio para hacer caja ante la quiebra de sus empresas, a la también mencionada familia Jalaff, tenga algún asunto pendiente con Sauer…
Pasmado lector, estupefacta lectora, por favor, no se hagan los asombrados.
Como si no supieran que todo esto no es un caso aislado, sino que toda nuestra clase dominante es exactamente así.