La operación de salvataje a las AFP avanza a toda máquina, en el Congreso, con la llamada reforma previsional que el gobierno negocia con la derecha, y en el Consejo Constitucional, con la llamada norma “con mi plata no”. Mientras, la plata se esfuma. Desde enero de 2021 los fondos de pensiones han perdido más de 70 mil millones de dólares.
La caída varía de acuerdo al tipo de fondo. Ya se conoce la historia: el fondo A es “más riesgoso”, porque se compone principalmente de acciones y otros títulos que se transan libremente en los mercados, sobre todo internacionales; el fondo E es el “más seguro” porque la plata de los trabajadores se invierte en bonos que tienen un pago fijo y periódico, como bonos del Estado o de instituciones financieras internacionales. Los otros -B, C y D- son combinaciones entre ambos polos.
Bueno, desde enero de 2021 el fondo A perdió un 69%. El golpe se aminora si se mide en pesos, “sólo” un 29%, pero eso se debe a que el dólar se disparó. El “conservador” fondo E, en tanto, perdió un 112%. ¡Qué bueno que es “más seguro”! De lo contrario, imagínese…
En total, son pérdidas por 71 mil 704 millones de dólares, según la serie confeccionada, con los datos oficiales de la Superintendencia de Pensiones, se entiende, por el Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda). Los puede ver aquí,
Se entiende, entonces, por qué el gobierno está tan empeñado en subir las cotizaciones de los trabajadores de 10% a 16%. Una parte de esos mayores ingresos van a las AFP.
Y también se entiende por qué en el estrafalario Consejo Constitucional se empeñan en declarar “la propiedad” los cotizantes sobre fondos pensiones. Extraña propiedad, si uno no puede tocar ese dinero que, se supone, le pertenece. ¿O acaso por qué no permiten más retiros?
Pero esa es la fórmula legal que permite que las AFP controlen esos recursos.
La propuesta de norma aprobada en Consejo Constitucional, a instancias de la derecha y presionada por iniciativas “ciudadanas” financiadas por… ¡ay!… las AFP, sin embargo, le agrega un pequeño giro exótico a este truco. El artículo 27, literal c, establece que esa propiedad se extiende a las cotizaciones previsionales.
Nadie se fijado en ese pequeño detalle que, en efecto, vuelve inconstitucional la reforma previsional intentada por el gobierno de Boric, al igual que la de Piñera o Bachelet, en su momento. Recordemos que todas iniciativas reservaban una porción para un fondo que permitiera aumentar las pensiones inmediatamente.
Con esa magia legal, todas las cotizaciones adicionales que esos proyectos incluyen sólo podrían ir a la llamada capitalización individual, es decir, a las AFP.
Y se entiende por qué: necesitan la plata, y ellas mandan en este país.