¿Opera aquí la Ley Naín Retamal? El gatillo fácil es tan fácil que los pacos ahora se dedican a dispararse entre ellos. (La imagen es sólo referencial)
Y, por suerte, se trata de funcionarios “especializados”, del OS-7, y no policías menos entrenados. En un allanamiento en la comuna de Quilpué, según el relato oficial, los carabineros se toparon con tres canes de una “raza potencialmente peligrosa”, pero no especificada.
Uno de ellos -de los perros, no de los policías- mordió a uno de los agentes de la ley. No conocemos el detalle exacto, pero podemos imaginarnos a “Rex” o “Kaiser” o, quién sabe, “Perlita”, hundiendo sus colmillos en el brazo de uno de los funcionarios.
¡Ayayayay! De puro pensarlo, nos duele también. Afortunadamente, siempre hay un amigo en tu camino. Y ese buen samaritano, en legítima defensa propia, privilegiada y de presunción legal, sacó su pistola y descerrajó, no sabemos cuántos -ese detalle se lo reserva la versión de Carabineros- pero al menos un tiro en contra del perro, suponemos.
Porque el destino final de la bala fue alguna parte del cuerpo del policía atacado. O sea, lo mordieron y lo balearon. Esa sí que es mala. Tan mala que tuvieron que llevárselo de urgencia al Hospital Naval, con lesiones de carácter “reservado”.
Carabineros, sin embargo, no deja de verle el lado positivo al asunto. En su declaración pública informa que la temeraria acción del tirador logró “frenar las mordidas del can”. Algo es algo.
El animal sigue anónimo, al igual que el perro.