No cumplió con la “doctrina institucional” de Carabineros y lo mandaron a jubilarse. ¡Bah! Qué raro, porque pegarles a mujeres hasta ahora parecía ser una costumbre de la casa. Pero, quizás, lo que condenó al coronel Rodrigo Pavez, jefe de la prefectura Maipo, no fueron las agresiones, sino el monumental escándalo que armó.
En un coqueto apart hotel de la comuna de Las Condes, Málaga 79, el coronel Pavez se las quiso dar, por una vez en su vida, de interesante. Invitó a esposa a un departamento para sorprenderla. Lo logró, porque el muy sutil y fino policía había contratado a una trabajadora sexual brasileña para que se sumara a la celebración. “¡Ya, chao, nomás!”, debió haber dicho la mujer y se mandó a cambiar.
Pavez, siempre según la versión oficial, permaneció con la escort, pero cuando se le exigió que pagara por los servicios, se le salió lo matón. El Paco Antártico se volvió loco y las emprendió a los golpes en contra de la brasileña y de una colega que acudió a su auxilio. Los vecinos lo captaron la escena en video y llamaron, no es broma, a Carabineros. Es que no sabían quien era el cerdo violento y drogado que estaba armando lío en la mitad de la noche.
Los pacos, obviamente, nunca llegaron. Pero sí se hizo presente una patrulla de la Seguridad Ciudadana de Las Condes, siempre tan eficientes. Pavez decidió escapar y se armó una persecución de película, a pie, por las calles de Sanhattan. Los guardias municipales ya sabían a quién buscaban, por al que muy bestia de Pavez se la había la billetera, con tifa y todo.
Se armó otra pelea con los de Seguridad Ciudadana hasta que finalmente aparecieron los pacos, alertados del carácter del escándalo y se llevaron a su coronel.
En un comunicado, la institución declaró con envidiable vaguedad que el alto oficial fue dado de baja debido a actuaciones que se “alejan de las normas y la doctrina de Carabineros”.
¿Ah, sí? Pero ¿en qué se alejó el coronel de qué normas y cuál doctrina? Hasta aquí, todo parece ser el ritual de lo habitual con estos pacos.