Un África sin historia

En el continente africano, algo parece que está bullendo en el corazón mismo del colonialismo europeo. Varios países tratan de cumplir un ultimátum dado hace algunas semanas a militares golpistas nigerinos por la CEDEAO.

En la Comunidad económica de los países de África occidental reunidos en la CEDEAO, se preparan para llevar a cabo una intervención militar con el fin de devolver al poder al presidente depuesto Mohamed Bazoum. Antes ya se habían realizado otros golpes de Estado en la región y dicha comunidad no había reaccionado frente a ellos. Ahora con el auspicio de Francia, intentan hacerlo.

Al igual que las democracias latinoamericanas que son vasallas de Estados Unidos, en África antiguas países colonialistas europeos hasta el día de hoy dirigen el destino de muchos países del continente negro. En este caso es Francia la que ha visto mermada su influencia política, económica, cultural y militar. Este país les resulta importante no solo por la lucha contra el radicalismo islámico, sino que es esencial en el paso de migrantes que se dirigen hacia Europa, en el cruce de Sahel, y por el comercio de uranio con el país galo.

Sabemos por experiencia que nada se hace por caridad, Níger no alcanza a cubrir su presupuesto anual en un 40% y es “ayudado” por fondos del Banco Mundial y de países europeos como la misma Francia, Bélgica, Alemania, Italia, entre otros. De esta manera, está atrapado entre los intereses de sus acreedores y un sistema democrático que sirve a intereses partidarios y militares, donde se alternan gobiernos elegidos y golpes de Estado. Que se haya producido un nuevo golpe de Estado no era ninguna novedad.

Lo que ha cambiado es la situación geopolítica de la región y del mundo, ante la falta de victorias militares contra los radicales islamistas, la marginación y el enriquecimiento de sus líderes, se han sucedido una serie de golpes de Estado en países limítrofes como Mali y Burkina Faso. No solo han prescindido del apoyo militar francés, también han negociado con otros países que disputan la prevalencia en el continente como lo son Rusia y China. En Malí hay tropas del grupo Wagner que luchan contra los radicales islamistas.

Es fácil de darse cuenta de que la humanidad europea y el apoyo democrático de algunos países africanos no es tal. En suelo nigerino se encuentran 1500 soldados franceses, contingente estratégico para las labores políticas y económicas en África, que fueron conminados a irse por los militares nigerinos. Otro de los protagonistas de este “culebrón” realista es Estados Unidos que se sentó a negociar con los golpistas, sabiendo de antemano que los ha amenazado con soltar a los franceses y sus vasallos, para que los aplasten. El gobierno militar pide ayuda a Argelia, Malí y Burkina Faso, ampliando el radio de conflicto si ocurre una invasión extranjera, e incluso deja entrever la posible ayuda de fuerzas mercenarias rusas de Wagner.

Desde el otro lado del mundo vemos lejano y complicadas las posibles variantes que se darán. Todo depende de la valentía de unos y del ansía de preservar sus dominios, del otro bando.

La gente de Níger ve un posible atisbo de libertad, pero como sabemos la única libertad definitiva se da cuando el mismo pueblo toma las riendas de su historia, sin mediadores, sin otros países, solo premunidos de la certeza de un cambio total de sus condiciones de vida, solo así podrían comenzar a escribir su propia historia.