A Mario Acuña Martínez lo dejaron en estado vegetal de tanto golpearlo. Hoy vive postrado. El Tribunal Oral en lo Penal de San Bernardo condenó a los pacos que lo torturaron, por el delito de “apremios ilegítimos”. Eso rebajará su condena. Aun así, los abogados de Acuña apelarán porque a Mario Acuña lo torturaron.
Luego de tres años las bestias que se ensañaron a golpes contra Mario Acuña, un 23 de octubre en 2019, fueron declarados culpables de los delitos de apremios ilegítimos por el Tribunal Oral en lo Penal de San Bernardo.
Se trata de Víctor Antonio Lastra Marguirot y Henry Giovanny Cuéllar Vega, quienes fueron condenados por el delito de lesiones graves gravísimas en contexto de apremios ilegítimos.
En tanto, el capitán Juan Ricardo Rosales Apablaza (llamado por los medios por sus iniciales J.R.R.A) fue declarado culpable de dos delitos apremios ilegítimos cometidos en el mismo lugar.
La lectura de la sentencia se realizará el próximo 3 de agosto.
Cabe señalar que la parte querellante solicitó presidio perpetuo para tres de los cuatro acusados y 15 años para el capitán Rosales, que fue parte del procedimiento que terminó en la golpiza a Acuña. Además, solicitará la nulidad de la absolución de uno de los funcionarios, es decir de Jonathan Alexis Neira Chaparro.
De los bastardos no veremos su rostro de frente y perfil, porque como todo cobarde, lo tienen escondido con la complicidad de los medios y el aparato judicial. De Mario Acuña, en todas las portadas, porque para el régimen es un “caso emblemático”.
Para el pueblo, Mario Acuña, trabajador agrícola de 43 años, es el rostro, como tantos otros, de las bestialidad y cobardía de las policías, de la impunidad y la corrupción del régimen político en su conjunto.
Según la investigación, “el día 23 de octubre de 2019 a eso de las 23.15 horas los imputados concurrieron hasta la intersección de calles Bajos de Matte con Los Olmos, en la población Jorge Washington de la comuna de Buin, a bordo de un vehículo policial, en un procedimiento por supuestos desórdenes públicos. En el lugar, pobladores del sector realizaban una manifestación pacífica. Entre los manifestantes se encontraba la víctima, Mario Rigoberto Acuña Martínez, quien, al ver llegar el vehículo policial, intentó ocultarse en una plazoleta, pero fue ubicado por los imputados, quienes le ordenaron tirarse al suelo, procediendo a agredirlo con golpes de pies, especialmente en la cabeza, provocándole un traumatismo encefálico con compromiso de nervios y médula espinal. TEC de carácter grave que dejó secuelas funcionales permanentes y definitivas en la víctima, con inhabilidad laboral total e incapacidad de autocuidado, entre otras lesiones”