En convenio directo (fueron tres) el Seremi de Vivienda de Antofagasta -ahora renunciado-, Carlos Contreras, le destinó $426 millones a la fundación Democracia Viva, que de viva tiene hasta el nombre, encabezado por la pareja de la diputada, Daniel Andrade.

Daniel Andrade se desempeñaba hasta hace algunas horas en la Subsecretaría de Defensa, dependiente del Ministerio de Defensa Nacional, liderado por la ministra Maya Fernández. Todos los involucrados en esta joyita de probidad, desde el seremi de Vivienda (que fue jefe de gabinete de Pérez en su período anterior) militaban en el mismo partido: Revolución Democrática.

“Me gustaría aclararle a la ciudadanía que no tengo ninguna injerencia, interés o participación en la firma de los convenios que han suscrito dos hombres, adultos, exfuncionarios de la administración del Estado…no me parece bien, no estoy disponible a tolerar, no estoy disponible a aceptar que se busque endosarme a mí responsabilidades por actos que comenten terceros. Yo he construido una carrera política que todos ustedes pueden revisar con mucho esfuerzo, basada en muchas ocasiones en cómo elevamos los estándares de transparencia más allá de lo legal, y eso no cambia cuando se es parte del círculo cercano” Mmm. Bien ofendidita ella.

Los $420 millones representan aproximadamente el 6% de los recursos del ministerio en la Región e iban -decimos iban porque se les quemó el pan en la puerta del horno a estos vivos- a ser destinados a “estudiar” el flagelo de los campamentos, o algo por el estilo, en la región.

Sin usar inteligencia artificial, así a la antigua, con Google, podemos saber que el déficit habitacional en Antofagasta ha aumentado en un 49% durante los últimos 5 años, llegando a una demanda habitacional de 19.948 en 2022 más 6.303 hogares en campamentos. Es una de las regiones con mayor déficit del país.

Pero claro, necesitan financiar más vivos, haciendo estudios.