Están desatados. Con los carretes nocturnos, las golpizas con caña y, por supuesto, los otros giros. Y sobre esto último, aprovechando su expertís en las telecomunicaciones, un paco tenía montada una central de comunicaciones para alertar a una banda que asaltaba camiones desde el Maule al Biobío.
Christopher Mejías Fuentealba se llama el prominente empresario -paco- que alertaba a la banda de “piratas de las carreteras” lideradas por un tal Juan Leiva Reyes de que tenían pase libre para desmantelar de su carga a los camiones que circulaban por la ruta 5.
—Yo voy a entrar a las 01:00 de la mañana, como a las 01:00 voy a estar yo acá en la hueá, escuchando la hueá — en un perfecto chileno informaba el uniformado a los colegas en la ruta.
—A las 6:00 de la mañana tengo que ocupar todos los carros y no va a haber nadie. Van a estar ocupados por otros lados — continúa dando detalles el Mejías este.
—Oiga, pero ¿cómo será mejor? ¿Le saco la patente, cierto? —pregunta Leiva, a lo amateur.
—Sipo, sácasela mejor — señala, sin dudas, en tono sabelotodo, Mejías.
Según consta en las indagatorias, el mayor de los atracos lo habrían realizado a un camión que llevaba mercadería de Correos de Chile. En total, se habrían llevado unas 803 encomiendas que cargaron en dos camionetas “que llegaron al lugar y se dieron a la fuga con las especies en su poder”.
Todo les servía. Cilindros de gas, chocolates, carne de cerdo y montón de otras chucherías.
Este interesante nuevo giro era posible porque el paco Mejías había montado una central paralela con la información privilegiada de todos los movimientos internos que la institución coordinaba a través de la Central de Comunicaciones (CENCO).
Y en el otro frente, el de los carretes post-carretes, otra investigación, también cerquita de estas zonas del país, se realiza en contra de un funcionario de la PDI en Valdivia por una riña que habrían protagonizado dos funcionarios tras retirarse de un club nocturno en esa ciudad.
Los ratis, que andaban fuera de servicio, asistieron a un club nocturno en Avenida Ecuador donde se habrían agarrado a combos con otros sujetos. El Ministerio Público pidió un informe escrito para sustentar la causa penal luego de la denuncia interpuesta en contra de los perlas, cuyos nombres, como suele ser usual, han preferido guardar en reserva mientras no se compruebe su culpabilidad. La PDI también ha declinado referirse a los hechos. Es que esto ya parece chacota. ¡Están desatados!