Y hace rato, ya no es una manzana, ahora es la cesta completa. Así que, si va a presentarse a una oficina pública, guárdese las espaldas. Son todos narco. Esta mañana, bien temprano, balearon a un funcionario del Servicio de Salud de la región de los Lagos que está formalizado por “lavado de activos”.
Es sabido. No sólo los pacos, los milicos, los PDI, los parlamentarios, los jueces, los municipales tienen otros giros aparte de sus peguitas seguras gracias a militancias diversas, en el aparato público. También los funcionarios de medio pelo están agarrando oportunidades. A éste, lo fueron a buscar temprano a su casa en la Villa Antihual de Puerto Montt. Eran varios y le corrieron bala.
La joyita de funcionario público estaba formalizado por “lavado de activos”, o sea, andaba lavando dinero. Y no era poco. Le encontraron en la casa billete por la suma de $158 millones. El funcionario era informático del Servicio de Salud.
El que juega con fuego, se quema las manos y recibe balazos temprano por la mañana. El funcionario, de nombre Diego Mayorga, está hospitalizado aunque fuera de riesgo vital.
En un gran ejercicio tipo “grandes pensadores”, el prefecto de Llanquihue que dio su versión de las posibles motivaciones del delito a la prensa (no las del funcionario, sino de los amigos que llegaron a saldar sus cuentas) arriesgó una teoría, creerá, bien excéntrica: sería “un ajuste de cuentas”.
Desde el Servicio de Salud como si lloviera en Dinamarca o aquí no hubiese pasado nada, señalaran en un escueto comunicado que “como Servicio lamentamos profundamente lo sucedido y estamos preocupados de monitorear la evolución del estado de salud de nuestro funcionario”. Así es, uno de los suyos.