Que sí, que no, bueno ya. La semana empezó (luego del triunfo de los hitlercitos) con la vocera invitándolos públicamente a bailar. Orgulloso el otro le dijo que no, pero ahora resulta que sí, porque el otro, sí quiere. El chiste se cuenta solo, en política también.
Al final, era cosa de poner las monedas sobre la mesa y parece que, en eso, se va avanzando. Al parecer, la vocera no andaba tan perdida, por unas cuantas monedas (y sabemos que no serán poquitas, porque estos no se llenan con nada) el mono iba a bailar.
Hoy el senador democratacristiano (¡ay que dan para todo estos cristianos de dios!) Iván Flores dio el primer paso en este lento que se fragua entre el gobierno y la DC que sin pelo en la lengua coqueteó con la idea de un acercamiento.
“Sí, hemos estado pololeando con el Gobierno”, dijo, literalmente y agregó, a lo pololo maltratador, que para que eso suceda, “alguien debe pedir la mano” y en lo posible, llegar gateando.
Shuuuuu. Y para abundar en la humillación (y por qué no, si les sale tan bien, casi profesional) le pidió al gobierno, decirlo “fuerte y claro”: “necesitamos a la DC para salir de la crisis”.
¡Dilo, dilo! ¡Necesito que me lo digas!
¿Cómo se estará revolcando de rabia el siempre bien compuestito y ñoño Alberto Undurraga Vicuña, presidente de la DC, que a principio de la semana había dado un orgulloso portazo a la propuesta de unir las almas en un sólo pacto?
“En política nunca hay que decir ‘de esta agua no beberé”, abundó Flores, advirtiéndole al timonel que en política hay que ser “bien flexibles”
Así están las cosas en este melodrama turco, sin gusta a nada.