Desvergüenza al cubo

Se aprueba una ley que busca establecer la máxima impunidad para la represión policial. Se tramita bajo pretextos falsos agitados por la derecha y el gobierno- la “desprotección” de Carabineros. Y, luego de dar su anuencia, varios partidos oficialistas cambian de idea, tratando de encubrir su participación.

La llamada ley “Nain-Retamal” merece entrar en los anales de la legislación chilena como un ejemplo de desfonde intelectual e impudicia moral.

Su historia ya la hemos relatado: su origen en frívolos proyectos de diputados derechistas, su adopción como bandera de lucha por camioneros y los propios policías, la utilización de la muerte de una funcionaria en medio de un choque de narcotraficantes para justificar su adopción, etc.

Y también hemos dicho lo que buscan ocultar estas iniciativas y el súbito activismo legislativo: el pánico del régimen y de sus partidos, conscientes de su aislamiento, de no poder defenderse frente a las movilizaciones populares.

El cinismo con el que tapan esa, la verdadera, preocupación, con el pretexto de que se busca “proteger” y “empoderar” a Carabineros frente al narcotráfico y otros grupos criminales, no debería sorprender.

Pero, aun así, es desvergüenza sobre desvergüenza: el narco recibe, justamente, su poder y su protección de la propia policía, además de otros organismos estatales que favorecen sus operaciones.  

Pero esa desvergüenza crece exponencialmente, algo así como des3, cuando los mismos que la propiciaron comienzan, cuidadosos, primero, y desvergonzados, después, a ocultar su participación directa mediante una oposición tan falsa como ineficaz.

El presidente Boric quien, al fin y al cabo, es quien detenta, se supone, el llamado Poder Ejecutivo, en vez de ejecutar pidió a los legisladores que, por favor, leyeran una carta pública de académicos que criticaban la legislación que su gobierno propugnaba.

Tierno.

El “acuerdo” entre el gobierno y la derecha en el Senado, por supuesto, ignora todas las objeciones de los juristas, al igual que las advertencias de organismos internacionales.

Luego de perpetrada toda esta farsa, aparecen, además, diputados del oficialismo que quieren impugnar la norma ante el Tribunal Constitucional. No quieren gatillo fácil, dicen.

¡Váyanse un poquito a la quebrada del ají o a la punta del cerro o, como también se dice, a la conchadesumadre!

Perdón. ¡Pero es que esto es desvergüenza al cubo!

Des3.

Aunque, quizás no.

Justo cuando se había cerrado el telón sobre esta actuación, todos los canales informaban que un carabinero había sido baleado en Avenida Matta, en Santiago. Ya se puede adivinar cómo se viene la cosa.

Van a querer hacer ¡otra ley! que ahora sí que sí que “proteja” y “empodere”.

Y los que ahora se hacen los defensores de los estándares democráticos, seguramente, van a presentar sus requerimientos ante el TC fuera de plazo, un viejo truco cuando uno se quiere echar para atrás.

Pero todo eso sería la desvergüenza a la cuarta potencia: des4.

Es demasiado, señores, demasiado.