¿Se recuerda de ese ministro que nos mandó a hacer un bingo para arreglar los liceos? ¿O era para los consultorios? Ah, no, para los consultorios había que levantarse más temprano para llegar a socializar. La cosa es que los bingos sirven, porque los bingos, las completadas y de rifas son la solidaridad del pueblo cuando se requiere. Es decir, siempre.
Y así fue que, a punta de bingos, rifas y venta de completos, mujeres madres, hijas, hermanas de los cinco asesinados durante el levantamiento popular de octubre de 2019 en la fábrica Kayser en Renca, lograron hacer las lucas para cruzar la cordillera y llegar a Buenos Aires donde se celebró el II° Foro Mundial de Derechos Humanos. Además, acompañaron a los hermanos argentinos en la gran marcha por la memoria, verdad y justicia.
No fueron a conocer las grandes avenidas porteñas. Fueron, en su incansable lucha por justicia a tocar otras puertas, porque en Chile, no hay ninguna abierta. La justicia ha sido portazo tras portazo. Nadie las recibe ni les da esperanzas que la infamia contra los suyos, será vengada.
Y así fue como llegaron a Buenos Aires y se juntaron con el Juez Garzón, el que procesó al dictador Pinochet. Y le contaron a las Abuelas de la Plaza de Mayo de su tragedia, del crimen contra sus seres queridos, de la impunidad y la maldad de quienes, aprovechando de su dolor, hicieron campaña política para nunca más escucharlas, ni escuchar su dolor y su urgencia de verdad y justicia.
“La relevancia de asistir es que las familias pudieron visibilizar el caso a nivel internacional”, explicó la abogada que los ha apoyado estos años, Alejandra Arriaza. “Podrán conversar con delegaciones de Brasil, España, Uruguay y México…fueron escuchadas con el respeto que se merecen, porque sus seres queridos fueron asesinados en el contexto del estallido social” agregó Arriaza.
Julián Pérez, Andrés Ponce, Manuel Muga, Luis Antonio Salas y el menor de edad, Yoshua Osorio aparecieron muertos tras un incendio en la fábrica Kayser en Renca, durante los días del levantamiento popular de 2019. Dicen que murieron por el humo del incendio. Pero la verdad oficial ha sido desmentida por diversos informes antropológico-forenses que develaron inconsistencias técnicas en los peritajes elaborados por el Servicio Médico Legal. Del fiscal a cargo, José Morales, mejor no hablar.