Que sea vox populi que se robó al menos unos $2.300 millones, en lo que hasta ahora se conoce, parece ser lo de menos. Que tenía a la amiga de su hija, a un amigo íntimo y al ex intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara, en la orgánica del choreo, parece ser un dato de la causa. Se investigan los movimientos delictuales de Torrealba desde 2008 al 2021. Nada más, ni nada menos, pero no es suficiente.
“No puedo ordenar la formalización del alcalde Torrealba. La investigación no ha avanzado lo suficiente como para formular cargos”, indicó, sin que se moviera un pelo al flamante carcamal a cargo de la Fiscalía Nacional, Ángel Valencia.
Recordemos que el caso del siglo en la comuna de la cota mil estalló luego de la llegada de la joven alcaldesa Evópoli, Camila Merino. Ella comenzó a barrer como escoba nueva. Y soltó la pepa con toda publicidad.
El modus operandi que usó Torrealba y compañía fue el mismo que usaron los milicos, los pacos y los ratis. El sobrecito con efectivo depositados mes a mes en su cuenta corriente. Se prestaron para el chanchullo Domingo Prieto, su íntimo amigo, y Antonia Larraín Prieto, la mejor amiga de la hija de Torrealba.
Gente muy fina.