«Hoy día tomamos una determinación de que no vamos a aguantar más seguir pagando el costo de las malas decisiones de los ejecutivos con respecto a la gestión de le refinería Biobío y vamos a generar una acción que consiste en bajar carga a la refinería a partir de las 20.00 horas; detener el oleoducto hacia el norte y detener el terminal San Vicente, como una medida de presión concreta», señaló Iván Montes, dirigente sindical.
Como es usual, la empresa le bajó el perfil, señalando que, por el momento, el anuncio es sólo eso. «Hasta ahora (es sólo) un llamado sindical, pero no tenemos información oficial».
No está de más recordar que el año pasado unos 500 trabajadores contratistas de la estatal se movilizaron en la misma planta que hoy anuncia con esta escaramuza un posible conflicto mayor. En esa oportunidad, la Federación Nacional de Trabajadores Subcontratados (Fenatrasub) logró sostener la movilización para exigir similares condiciones laborales a los de planta, creando un conflicto mayor para la administración de Boric que, finalmente, a punta de represión y ofertas de mesas de diálogo, terminó con el conflicto.
Pero allí está, latente.