Esta mañana temprano, pobladores se manifestaron en la comuna de La Granja exigiendo el acceso a una vivienda digna. No es la primera vez que salen, no es la primera vez que nadie escucha. Pero las demandas del pueblo no son prioridad para éste, ni ningún gobierno. Al contrario, nos están viendo la cara.
Así es, con todas sus letras, las demandas del pueblo no fueron antes, ni hoy, prioridad para los partidos del régimen. Nuevamente, como tantas otras veces, pobladores de la comuna de La Granja volvieron a salir a las calles para exigir su derecho a una vivienda digna.
“Moriremos luchando, sin casa ni cagando. Ministro, ministro, le pido por un mes, que usted viva en mi casa y yo en su chalet. Somos caleta, ¿cuántos? más que la chucha, somos pobladores unidos en la lucha”, gritaron mientras interrumpieron el tránsito entre las calles Santa Rosa y Américo Vespucio.
Los pobladores agrupados en el Movimiento Solidario Vida Digna representan a familias de San Joaquín, La Pincoya, Huechuraba, San Ramón, La Pintana, la José María Caro y vienen manifestándose desde octubre de 2020, en 2021, y nuevamente hoy, porque las demandas por una vivienda digna siguen sin respuestas.
Pero el régimen se ríe en nuestra cara. Si no, preguntémosle a los pobladores de uno de los tantos proyectos habitacionales construidos bajo sus gobiernos corruptos, los de la población San Pedro, en Valdivia, cuyas casas fueron construidas sobre un pantano. 300 viviendas a punto de caerse, porque los cimientos están podridos. ¿Quién fiscalizó, quién autorizó la aberración? Paga Moya.
Como también paga Moya el proyecto en el que se dilapidaron 1.000 millones de pesos para construir una pileta -de aguas danzantes le llaman- en Puerto Montt que ya lleva tres años allí, sin servir de nada, porque las bombas de agua y las instalaciones eléctricas están malas. Para eso hay plata, para botarla.
Pero para viviendas no hay. Año tras año el mismo cuento. Que la reforma tributaria, ahora sí que sí, que les van a quitar a los ricos para darle a los pobres. Que se acabaron los problemas del pueblo, porque con la reforma vamos a tener otra vida. Hasta los pacos van a estar mejor ahora.
Pero no, no es así. Y, por eso, indignado (aunque no es por eso, pero el Yañez, el mandamás de los pacos aprovecha del pánico) le exige -vía medios de comunicación- a los parlamentarios que, yapo, que destraben los líos que tienen y que les den cancha para hacer lo que quieran. Y la Vallejo, que se cree muy chora, y con eso de “usa la fuerza de tu enemigo” (aunque son bien amigos, lo sabemos, sino pregúntenle a la Orsini), entonces le dice que “ahí tenís, poh, si no votan la reforma, tampoco les toca los 250 asistentes policiales y las 900 plazas de formación”.
Pa’ lo que les importa a los pacos las plazas de formación. Ya les entregaron reciencito unos 600 vehículos nuevos porque los tienen todos hechos tiras luego de tanto terreno con los amigos narcos.
Sí, no hay plata. Hoy también la cantó clarito el Boric. Que se olviden los deudores del CAE, porque con lo de la reforma tributaria que se cayó no hay plata. ¿Ah? se pregunta uno, era por la inflación, por la guerra en Ucrania, por la pandemia o por la última chiva del día, la cosa es que para los mínimos, para una casa decente, no hay.
Hay para las plazas que no sirven de nada, para los hospitales construidos a medias que no sirven para nada, hay para casas truchas en lugares truchos… hay para las empresas de comida que nos roban para darnos comida rancia en los colegios… para todo eso, hay.
Lo que también hay, señores, es nuestra rabia, nuestro hastío y nuestra decisión de que más temprano que tarde se les va a acabar la fiesta.