La magia del Mago

¿Magia? En parte, sí y en parte, no. Sí porque los tenía embelesados; hasta selfies se sacaron con el Mago. Y no, porque magia no es que los suches estén bien dispuestos para el famosillo de ocasión o para el patrón. Los suches, siempre hacen de suches. Así que de magia, nada. Sólo lo usual.

Da un poquito de pudor observar las fotos. Pobrecitos. Tuvieron su momento de gloria mientras se sacaban las fotos con el astro.

Todo habría andado bien si no es porque un medio empeñado tenazmente y con cierta saña en molestar al Boric y su corte, no hubiese filtrado las fotos donde los generales (lo que es mucho decir, porque son suches, es sabido) se tomaban fotos con el encantador de serpientes, el Mago Valdivia.

El resto de la historia ya la sabemos. Le hicieron un control de detención, andaría curao o muy triste y sin carnet, y se lo llevaron. Como es famoso, se sintió torturado, que los crímenes de lesa humanidad habrá dicho.

Así al menos dice que dijo o algo así la diputada (esa que antes era actriz, la Maite Orsini, que hoy posa de progresista, defensora de las mujeres, los derechos humanos, la hierba recreacional) cuando llamó a la general Karina Soza para advertirle por el atropello a la dignidad del futbolista.

Hasta dio una conferencia de prensa la honorable. Mesurada dijeron, ¡convincente! Que ella jamás usaría sus influencias indebidamente para ayudar a nadie. Que siempre está preocupada de las detenciones ilegales, que no tiene un “ponceo” con el futbolista, que, además, quería advertirles de que iba a ser un problema y bla bla bla. El que explica se complica, dicen.

Y allí habría quedado la cosa. Pero como a los suches le gustan los brillitos, la farándula, la platita, el mundo del patrón y sus bufones, entonces aprovecharon la selfi.

Y allí están ahora los “generales” -Jean Camus, jefe de la zona Santiago Este; Carlos González, jefe de la zona Metropolitana; y Marcelo Lepín, jefe de la zona Santiago Oeste- tratando de explicar la estupidez.

Ahí está completito el álbum

“Pero, mi comandante, si no más era para explicarle el paso a paso de cómo seguiría el caso, que luego íbamos a hacer una investigación administrativa para saber quién abusó así… fue sólo una fotito, mi comandante…”

¿Cómo no va a dar penita, diga usted?