Así con el dinero

Sabemos bien lo que hace el dinero. No tiene vergüenza de su desvergüenza. Hoy, el máximo tribunal de la República anuló el juicio que condenó al violador Martín Pradenas. La razón: el juez no fue todo lo imparcial que debería ser y, por lo tanto, Martincito no tuvo un juicio justo.

La segunda sala de la Corte Suprema, en un fallo dividido – para que digan que no fue fácil-  decidió anular el juicio que condenó a 20 años de cárcel al violador Martín Pradenas, argumentando que, si bien todas las pruebas son reales y la causa en su contra tiene absoluto sustento jurídico, uno de los tres jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Temuco que fallaron el caso,  Leonel Torres Labbé, mostró cierta animadversión contra el acusado, por lo tanto, la causa se anula.  

La resolución es respuesta a un recurso de nulidad interpuesto por el abogado de la familia de Pradenas quien alegó la vulneración a la garantía del “juez imparcial”.

“Las publicaciones antes reseñadas fueron realizadas por el juez Leonel Torres Labbé –encargado de la redacción del arbitrio recurrido–, incluso antes de que el tribunal terminara de oír la prueba ofrecida durante la audiencia de juicio y también tras haber comunicado el veredicto condenatorio –el 06 de agosto de 2022–, pero antes de la comunicación de la sentencia –el 26 de agosto siguiente–, según se desprende de su contenido, y, por consiguiente, antes de resolver las solicitudes planteadas por la defensa en la audiencia de estilo, prevista en el artículo 343 del Código Procesal Penal, y se determinara la pena en concreto que el tribunal fuera a imponer al acusado”, dice el fallo del tribunal.

La segunda sala, incluso -para abundar en el descaro- agregó que la perspectiva de género también estaba súper bien, pero que “era mucho lucho” que el juez se pusiera la camiseta por las víctimas.

 Y es literal, uno de los sofisticados y cabezones argumentos para justificar la anulación del juicio es que Torres Labbé habría usado ese viernes 26 de agosto, día en que se dictó la sentencia, una polera de Blade Runner, haciendo con ello alusión al “cazador implacable”.

“Viernes de full estudio y trabajo!!!!! Para obtener jornadas memorables hay que dar el 200% muchas veces!!!! Hoy toca avanzar!!!! ¡¡¡¡¡A ponerse la camiseta de ‘cazador implacable’ pero de buenos argumentos !!!!! Ánimo a todas y todos los que le toca seguir este camino!!!!!!!”. Habría posteado el juez con la camiseta bien puesta.

Así con el dinero.

A las horas de entregada la noticia sobre la decisión de la Corte Suprema, la prensa burguesa se apresuró en blanquear la decisión de la Corte Suprema con la opinión de connotados juristas.

“La imparcialidad es la ausencia de prejuicios o intereses diversos en el juzgador de un caso particular, y constituye un principio constitucional del proceso penal que pretende garantizar no sólo un estándar de legitimación del proceso penal (debido proceso), sino también garantizar Derechos Humanos de los ciudadanos que son perseguidos por el Estado». Esta es la del director del Departamento de Derecho Penal y Procesal Penal de la Universidad de los Andes (del Opus Dei) Gonzalo García entrevistado por Emol.

O esta, de Alejandro Gómez, académico de una universidad que nadie conoce (la San Sebastián)  «Si alguno de los jueces que integró el Tribunal Oral en lo Penal que lo condenó (a Pradenas), hizo alguno de estos comentarios mientras conocía el fallo o el caso, por supuesto que podría haber ahí una afectación a una garantía constitucional que es el debido proceso».

Mmmm, ya, el debido proceso.

Así con el dinero. Mejor cuéntense una de vaqueros.