Sí, como da Vinci o Edison, sólo que enfocado en robar. Domingo Prieto, mano derecha y amigo del ex alcalde de Vitacura, RN Raúl Torrealba, reveló que Felipe Guevara, ex intendente de la RM, fue el sagaz inventor del método con el que el aristócrata desviaba fondos desde las Corporaciones Municipales a sus cuentas bancarias. ¡Brillante!
Si hay algo que saben hacer es robar. Se conocen al dedillo todas las triquiñuelas, desde las más sofisticadas hasta las mas lumpenescas. Si no han escrito un manual sobre cómo robarse la plata del erario público, es porque están ocupados robando.
Domingo Prieto es parte de los testigos en el caso que lleva el Ministerio Público contra el ex alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, personaje que durante los 20 años en que fue patrón de ese pequeño fundo donde todo funcionaba aparentemente como un reloj -el aseo de las calles, los guardias de seguridad, los pacos y las farmacias en cada esquina, los farolitos led, etc., etc.- no perdió el tiempo.
Domingo Prieto y Antonia Larraín -la mejor amiga de la hija de Torrealba- son los testigos clave para tener a Torrealba a pasitos de tener que tomar clases de ética. Sí, seamos honestos, este señor añejado en el más fino vino nacional, muy probablemente no irá a la cárcel. Antes se encargará, -él o su amigo Domingo Prieto- de echar pa´adelante a todos los involucrados en el mega robo municipal del siglo.
Pero volvamos a Guevara, motivo de esta nota. Guevara, inventor. Felipe, el ingeniosillo.
Prieto señaló que fue Felipe Guevara quien, en su cargo de director de Desarrollo Comunitario de Vitacura en la década de los 90, inventó esto de la “triangulación de fondos estatales hacia las arcas particulares del ex jefe comunal”.
“Es enfermizo y totalmente falso”, respondió Guevara, sudando la gota gorda. Aunque ¿qué le hace otra raya a este tigre que viene de una familia de ladrones? Hay que recordar que la Contraloría lo investiga por adjudicar la construcción -por $300 millones- de la etapa uno del Polideportivo San Gregorio, en La Granja, a su hermano Matías Guevara cuando era intendente de la Región Metropolitana.
Entonces, siendo bien honestos, digamos que tan, tan brillante el método Guevara no era. Sacaban las platas de las corporaciones y, en sobres, que recibía Antonia Larraín cada mes, eran depositados a Torrealaba, abultando una cuenta corriente con $2.300 millones, a los cuales el Banco de Chile no le ha hacia ni un poquito de asco.
O bien Prieto está queriendo pasarle alguna cuenta pendiente a Guevara, o Guevara ha sido también asesor de los pacos, los milicos y la PDI, porque toditos ellos tenían el mismo sofisticado modus operandi: el sobre mensual con las luquitas derechito pa’ la cuenta propia, así, a lo gato de campo.
Lo más probable es lo primero, porque tan pillo este Guevara no es, baste recordar cuando en su cargo de intendente organizó con los pacos un desastroso copamiento total de Plaza Dignidad en diciembre de 2019 y luego de su fracaso, se lavó las manos.
Ni decente, ni ingenioso, apenas ingeniosillo.