Al parecer lo de Torrealba ya no tiene vuelta: es un cadáver político. Hoy, el diario La Tercera publicó información que la fiscalía filtró oportunamente para conocimiento público y para terminar de enterrar la escuálida reputación del ex alcalde. ¿A quién le sirve enterrar a Torrealba? Vaya uno a saber, siempre viene bien distraer la atención de los otros ladrones de cuello y corbata que están en acción. Sabemos que nunca faltan.
De lo que se divulgó hay algunos datos sabrosos. Por ejemplo, que el ex mandamás de la comuna cota mil, tenía una cuenta en el Banco de Chile (extraño que el banco de los ladrones, nunca sea investigado considerando que todos guardan su platita ahí) con $2.300 millones que fueron depositados chin chin por parte de los funcionarios de confianza del alcalde.
Como, por ejemplo, Antonia Larraín, mejor amiga de una de las hijas de Torrealba y sobrina de uno de sus asesores de confianza, Domingo Prieto, que sin tapujos declaró a la fiscalía que “apenas asumí en el cargo, el alcalde Raúl Torrealba me citó a su oficina y me señaló que todos los meses yo recibiría un sobre con la suma aproximada de $5 millones que debía entregárselo a él… siempre supe que esto estaba mal, que era ilegal y que podía ser un delito, pero acepté hacerlo solamente porque me lo pidió Raúl Torrealba”. Así, tal cual.
A pesar de que existen todos estos antecedentes, Raúl Torrealba, sigue libre como los pajaritos. El Ministerio Público aún no lo ha formalizado, pues está a la espera de recabar más antecedentes. No falta más, es su máxima esto de que tienen que ser muy precisos con la información para condenar a alguien, sino pregúntenles a los cabros que llevan tres años presos gracias a información obtenida de manera fraudulenta y montajes de los pacos.
Pero volvamos a Torrealba. Tanto era el dinero que llegaba a sus manos, en sobres, depósitos en efectivo y otros modus operandi narco, que descubrieron que tenía fondeado dinero entre las paredes de su casa de veraneo ubicada en la zona del Lago Colico, en la Araucanía.
Recordemos que el principio del fin para el RN Torrealba comenzó con la llegada de la nueva alcaldesa, Camila Merino (Evópoli), quien se querelló contra su colega de pacto por el delito de malversación de caudales públicos durante su ejercicio como edil entre los años 1996 y 2021.