Embolinando la perdiz

Eso creen. Que mientras más vueltas se den, más propuestas truchas tengan, más negocios a puerta cerrada, más confundidos estaremos, lo suficiente para que ellos pasen su gol. Que tiene que ser 100% electa, ¡no! que tiene que ser con los sabios de la tribu, ¡no! que haya escaños para las mujeres y los indígenas. Nos tiene sin cuidado su cocina, señores: por estos lados, tenemos un horno industrial.

Tenían harto avanzado, dicen, en la cocina de la corte. Que iban a llamar a elegir a los representantes, que serían cien, con escaños reservados y todo. Estaba casi listo el pan, pero, como siempre, a estos ineptos todo se les quema en las puertas del horno eléctrico.

Esta vez, quien les desordenó el juego y tiró las cartas al piso fue el de Amarillos por Chile. No tienen ni representación en el Congreso -lo que la verdad no es mucho decir- y tiró del mantel y los dejó a todos con el moño armado. Ya lo tenían listo.

Que iba a ser un órgano electo con un porcentaje de expertos y que los expertos iban a redactar un escrito muy experto y que a los expertos los iba a elegir el Congreso que es el órgano con poder constituyente por definición -aunque no le cree ni el 4% de la población- entonces llegó el amarillo este a decir que no po’, que en toda sociedad ancestral los sabios de la tribu tenían no sólo voz, sino también voto.

¿Qué en toda sociedad qué? Sí, eso dijo, que en toda sociedad tribal los expertos… espérese un ratito, sostuvo Warnken, antes de explicar y mientras pedía su helado por delivery y luego sacaba el celular para pagar con la aplicación… entonces, como iba diciendo… en toda sociedad tribal había que escuchar a los expertos y contar con su voto. Además, argumentó, “hay un clamor popular” que lo pide. Mmmm, otro que ve películas en colores.

Pero el helado no llegaba. Se le había adelantado María José Hoffman (UDI) y no uno sólo había pedido, sino que el helado era para todos. Para distender el ambiente, caldeado de este fin de semana, a ver si lograban retomar las conversaciones y llegar a buen puerto. Es que no aporta mucho este cabro, tan intelectual que lo han de ver, pero de que tiene muñeca para muñequear, la tiene.

¡Con ustedes, la cocina!

 “Yo no soy experto en negociaciones, pero las declaraciones intempestivas que se hacen acá echan a perder el espíritu colaborativo”, declaró un poco ofendido con las acusaciones de que había llegado a dejar la embarrada en un acuerdo que, dicen, ya estaba listo.

Anda delicado de piel con esto de que no le resulta armar su partido -el de los Amarillos-  luego de que los DC  Ximena Rincón y Matías Walker hicieron su propio partido para ellos mismos,  porque no andan na´ para ser segundones de nadie.

Y los helados llegaron y distendieron el ambiente en esta cita más pequeña, sin tanto ruido, “ni tanto hueón” hablando cabezas de pescado… La “mesa chica” le pusieron, que por el lado del oficialismo Natalia Piergentilli (PPD); Paulina Vodanovic (PS); Diego Ibáñez (Convergencia Social); y Alberto Undurraga (DC), mientras que por la oposición asistieron Chahuán (RN), Macaya (UDI); Gloria Hutt (Evópoli) y… ¡chan, chan! Zarko Luksic de Amarillos que, aunque no son partido, molestan más que perrito nuevo, entonces a dejarlos participar se ha dicho.

“¿Quiere decir, entonces, que Chile no tiene realmente un problema constitucional que deba ser atendido con premura, y que ha estado sometido en estos años a los condicionamientos de un falso diagnóstico? Así es… El mayor ejemplo fue, precisamente, el experimento que los partidos echaron a andar en 2019 con la Convención.”

Y esto no lo decimos nosotros, lo dicen ellos a través de sus editoriales. Unas negociaciones mentirosas para que todo cambie para cambiar nada.

Vaya a saber si estos aficionados se ponen de acuerdo en algo. Allá ellos con su cocina, el pueblo con su horno industrial.