¡Relaja la vena, poh!

No le pongai color, relaja la vena, sácate la corbata, es viernes, no es ni tanta fruta, cómo tanto ata´o. Al ritmo del galeón español, su asado en la carretera, las buenas tallas con los pacos, los camioneros en paro han provocado una peculiar «descoordinación» con ciertos intereses empresariales. Tranquilos, una chelita y lo resolvemos.

Es que es viernes y el cuerpo lo saben. Y en la misma medida en que la fiesta se armaba en la rutas, aumentaba la temperatura de la impotencia contenida en los salones del gobierno y de la patronal agraria.

Los matones se les fueron de las manos. Sus camiones son grandes, el gremio es mafioso y, además, son tan íntimos de los pacos. ¿Qué podría ser peor? A los de la Sociedad Nacional de la Agricultura, la fruta se les pudre en la puerta del horno. Penita.

Ah ¿no les gustó? No pues, si los bloqueos de ruta, las chicas de vida ligera y los asados son pal invierno, no para la temporada en que es grito y plata la exportación agraria. Y por eso, en un intento histérico no se las mandaron a decir con nadie, bueno, casi. Su portavoz se las cantó clarita: “aquí los que ponemos las moneas somos losotrosh”.

«Chucha, esto rotos se nos fueron de las manos, po’som», se dice el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Cristian Allendes.

Bueno ya, en modo arrepotingado: “Insistimos que si no termina este paro hoy día (25 de noviembre), la verdad que también nosotros, que somos los que les damos su salario, les pagamos su flete, nosotros también vamos a tomar medidas drásticas con ellos porque no puede ser que un sector complique tanto a todo el sector productivo”.

Cuec… oídos sordos. Es que a esa hora ya iban en “una año más, qué más da…” ¡Hip, hip, hurra! Y nada que movieron los camiones. Si total, tenían a la ley con ellos y al gobierno, la patronal y los medios haciendo el ridículo con la alharaquería de que terminaran de una vez el tandeo. Pero es viernes, les dicen, ¡¿que no entienden?!

A esa horas, el coronel Juan Jiménez, ya sin complejos, hacía de vocero de los camioneros “A losotrosh nadie nos ha dicho ná de que saquemos los camiones de la ruta… la ley de seguridá interior ¿ah? No, no cachamos ná de eso”.

Andaban todos sueltos de cuerpo. Otro paco de puro encumbrao le sacaba un parte a un funcionario público por grabar el desmadre que tenían en la ruta. “A ver, compórtese, poh, páseme sus documentos; no está viendo que el carrete ya se armó. Relaje la vena, le dijeron. Si ya estamos entero lanzaos. ¡Tan serio que se me ha de poner!”. Y va su parte y su detención, miércale.

«Pucha que es duro de mollera usté, poh, Julito. No ve que es viernes y a losotrosh nadie no dijo ná eso de aplicar la ley esa que es pa los secundarios y los mapuche»

Al correr de la tarde, la Sociedad Nacional de Agricultura cifraba las pérdidas en unos… ¡500 millones de dólares! Deben ser una cerezas de puro oro o platino.

Y en un tono completamente inadecuado para la desmadrada situación el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, bien de traje mientras caían los patos asados en la capital, hacia el recuento de su actuación : 12 personas detenidas y 58 puntos con camioneros en la ruta, de ellos, cuatro corresponden a Arica, uno a Alto Hospicio,  dos a Antofagasta y cinco a Coquimbo.

¡Uy, qué mano firme! ¡Qué aplastante el peso de la ley!

“No pare, sigue, sigue/no pare…”