Tienen miedo

El gobierno no ceja en su arremetida en contra de los estudiantes secundarios. Hoy, se lanzó nuevamente para impedir una concentración de los escolares. Asustado, acude al único expediente que le queda: la violencia ciega y la represión. Los camioneros también les dan susto. Pero el trato es distinto.

La convocatoria a manifestarse en Cumming con Alameda, emitida por diversos liceos y colectivos estudiantiles, terminó, nuevamente, en represión de la muchachada.

Están cebados los pacos, que han pasado a la táctica de capturar a estudiantes para que acto seguido y con el concurso de una justicia cómplice, se les impongan prolongados arrestos domiciliarios.

Varios liceos amanecieron con vigilancia policial, en un intento de intimidar a los estudiantes.

Esta conducta refleja sólo una cosa: el miedo corroe al gobierno por dentro. A falta de otros recursos, lo único que le queda es la apuesta de que, con represión, la movilización y la lucha desaparezcan, como un mal sueño.

Mientras, por el otro frente, el gobierno demuestra su debilidad con los camioneros, que obtuvieron lucrativas concesiones. En medio de la, supuestamente, difícil situación fiscal, el ministro de Hacienda encontró, no se sabe dónde, ingentes recursos. Con ellos, les pagará a los dueños de camiones, además del subsidio al diesel que ya reciben, un mecanismo de estabilización de precios, y un congelamiento de facto del combustible por noventa días.

Además, les facilitará el cobro de los subsidios estatales que reciben por vía tributaria.

Como, a pesar de este monumental regalo fiscal, los supuestos camioneros descolgados no levantaban los bloqueos, el Ejecutivo se desesperó aún más.

¿Qué hacer?

La consigna vino de los que mandan en este país.

La Asociación de Exportadores de Frutas (Asoex) reclamó que tenía unos envíos de cerezas que tenían que salir esta noche desde Valparaíso y que no podían trasladarlos, debido el show que armaban los camioneros y sus suches, los pacos, que impedían el acceso al puerto. La situación era “crítica” dijeron.

Ya.

Y después vino otra indicación. Esta vez de la Confederación de la Producción y el Comercio que exigió que el gobierno despejara las rutas con la fuerza pública.

A sus órdenes, respondieron en La Moneda.

“Invocaron”, como a un espíritu salvífico, a Ley de Seguridad del Estado.

Varios de los héroes del rodado se fueron detenidos. Con eso de la cerveza, los estimulantes y cobrar peaje, se les había pasado la mano.

Tendrán que hacer el sacrificio, esta vez. Nada grave.

Mientras, en el gobierno, el miedo no deja de crecer.